Ramón Taveras, un evangelista virtuoso
He sido un testigo de excepción del trajinar religioso del pastor evangélico Ramón Taveras Lucas. Sucedió que en mi niñez crecí en la calle 12 de Julio No.79, entre las calles Mariano Rodríguez Objio y Colon. Parte de mis correrías infantiles las hice en la calle Colón, que era una simple trocha que iba de la 12 de julio hasta el Liceo Pedro Henríquez Ureña. En esa vereda estrecha, que daba prolongación a la Colón, se levantó una casona para alojar la Iglesia Asambleas de Dios.
Recuerdo haber visto -una y otra vez- aquel hombre –muy joven aún-, de pelo lacio, afable y sonriente, vestido en el día con guayabera con alforzas y bordados de colores claros, y en las noches con chaqueta y corbata, presidiendo los servicios religiosos. Siempre discreto y cordial, respetuoso y entusiasta, sin aspavientos ni estridencias, ese líder religioso dirigía con carisma la iglesia cristiana más activa de la ciudad. Su nombre Ramón Taveras Lucas.
Don Ramón Taveras se mezcló con los sanjuaneros, junto a su hoy extinta esposa, Doña Isabel Rovira de Taveras, y se convirtió en un evangelista acogido en esta ciudad mediterránea, donde ha servido con particular esmero y dedicación.
Quien escribe, ha ejercido activamente el periodismo y el magisterio durante casi cuarenta años, y he sido testigo de la fértil labor misionera evangelizadora del Pastor Ramón Taveras; de cuanto ha aportado a la educación familiar, a la formación humanística de los sanjuaneros, a la promoción de los valores sanos, a sembrar una cultura de paz y de convivencia con los demás, a guiar a las personas a lo bueno, en fin, a la educación integral.
Puedo refrendar, como humilde cronista, que el Pastor Taveras nunca se ha visto envuelto en escándalos o situaciones negativas, porque siempre ha sido fuente de inspiración cristiana, modelo del bien obrar, del hacer, del construir, paradigma virtuoso, dechado de virtudes. Adornan su personalidad la humildad, sencillez, paciencia, amor al prójimo y entrega absoluta a los demás.
El pastor Taveras es un adalid iluminado que durante sesenta años ha sido parte de la evolución de San Juan. Él simboliza el liderazgo reverberante, de la sociedad sanjuanera.
Los jóvenes cristianos y los ateos, los pastores evangélicos, los servidores de la fe de esta provincia, y las autoridades y la sociedad en general, si quieren tener un referente, un ejemplo, un paradigma a imitar, miren a Ramón Taveras. Imiten su obrar.
Particularmente, nunca olvido, cuando le visite para pedirle ayuda al esfuerzo de instalación del Centro UASD de San Juan. Carecíamos de espacio físico (aulas) y con agrado me respondió: “Profesor Rubén, use todo el colegio y la Iglesia en horas de la tarde”.
Así usamos durante varios años ese recinto. Los uasdianos agradecemos esa solidaridad.
En mi nombre y en nombre de toda la sociedad sanjuanera, acredito hoy la inmaculada y exuberante labor pastoral, ética y moral del pastor Ramón
Taveras, quien le ha servido a la sociedad sanjuanera sin esperar recompensa. Pondero que el Ayuntamiento Municipal junto a la sociedad civil sanjuanera, hayan reconocido a este misionero cristiano, declarándolo “Hijo Adoptivo y Meritorio” de San Juan de la Maguana, y que la Iglesia Asamblea de Dios, que él fundó en San Juan, haya designado con su nombre el Colegio que operan desde hacen muchos años.
Pastor Taveras: me inclino reverente ante usted. Reciba el reconocimiento de la sociedad sanjuanera que, justiprecia su deslumbrante magisterio religioso, ético y moral en esta tierra.
El paradigma cristiano dice conferir la promesa de una vida ulterior. Estoy convencido de que el pastor Taveras, por su prolífera labor como predicador cristiano, ya tiene ganada esa recompensa.
Felicidades Pastor Taveras. Larga vida para usted.
Por Rubén Moreta
El autor es Profesor UASD.
20 ENERO, 2019.