El longevo fallecido a los 117 años tuvo quince hijos
Jaime Vicente (Jaimito)
EN SANTO DOMINGO, 11 Diciembre, 2018: Jaime Vicente (Jaimito), el hombre de más edad fallecido recientemente en la República Dominicana, quien vivía en el municipio Hondo Valle, provincia Elías Piña, murió a los 117 años, fue un cuasi patriarca que tuvo 15 hijos de una misma mujer - de los cuales le sobreviven siete-, de nombre Ángela Encarnación (Lola), con quien vivió toda su vida.
La señora Ángela Encarnación (Lola), quien falleció en el 2005, murió a los 78 años de edad, según informaron familiares sobrevivientes para este reportaje, quienes la describen como una mujer apacible, calmada, risueña, al igual que su esposo de toda la vida. Jaime Vicente, nacido el 28 de enero de 1901, conforme consta en cédula de identidad, falleció el pasado jueves 6 de diciembre, en Hondo Valle y deja una base familiar compuesta por más de 50 integrantes, entre ellos 7 hijos, 18 nietos 24 biznietos y tataranietos.
Según informaron familiares Jaimito nunca estuvo interno en un hospital, muy pocas veces se enfermó o visitó médico, nunca estuvo preso, ni visitó la puerta de un cuartel policial o del ejército y cuando lo hizo fue para ver a amigos.
Ha de destacarse que el señor Jaime Vicente, nunca desempeñó cargos públicos y votaba en todas las elecciones hasta el 2016. De igual manera pocas veces se desplazaba a sus labores agrícolas montado en animales, sino a pie, salió muy pocas veces del municipio de Hondo Valle y conoció la capital de la República por los años de 1990.
Jaimito, como era conocido en toda la comunidad, mantuvo sus facultades y condiciones mentales intactas, ensartaba una aguja a los 110 años, recordaba con casi precisión datos históricos relevantes del país y del municipio de Hondo Valle, era un hombre de buen comer, pasaba pocas malas noches, no era de mucho hablar y no ingería alcohol.
Hondo Valle y los familiares se sienten apenados y al mismo tiempo agradecidos por compartir y tener en su seno por 117 años, a un ciudadano ejemplar, que irradiaba paz, tranquilidad, armonía, sobre todo, respeto a las leyes y la buena convivencia.
Por Neris Abreu Comas