¿Quièn es periodista?
Sin rubor y en la planicie de la ignorancia, actores electro-massmediáticos se ufanan en proclamar, con el pecho abierto, que “todos somos periodistas”. Se impone desmontar ese parágrafo usurpador, aclarando quienes son periodistas y quienes ejercen, esporádicamente, como fuente informativa, a veces enturbiadas, o como interactivos súbitos que propagan datos inexactos o falsos por carencia profesional.
Desde que circuló el primer periódico dominicano, “El Telégrafo Constitucional de Santo Domingo” (jueves 5 de abril de 1821), hasta el anochecer de la década de 1960, se laboró artesanalmente, porque no había una escuela universitaria, pero ya en la colectividad del conocimiento y las cambiantes tecnologías hasta para teclear en una computadora o diseñar un producto gráfico se exige algún tipo de instrucción.
La Ley 10-91, que creó por consenso gremial-empresarial el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), regula, con sus falencias, a los antiguos gacetilleros, hoy reporteros, redactores, entrevistadores, cronistas, reportajistas, editores, analistas noticiosos, correctores de estilo, etc . Esta define al periodista en tres dimensiones, mutuamente incluyentes: 1) ser egresado de una escuela universitaria de comunicación social, 2) tener por ocupación principal los anteriores cometidos, y 3) percibir sus ingresos primarios por esas labores.
Cuando en 1983 y 1991 se sancionaron las leyes de colegiación 148 (derogada) y 10-91(vigente), fueron reconocidos como periodistas los miembros del antiguo Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales (SNP P) y los que tenían más de tres años en las tareas especificadas, no a comentaristas radiotelevisivos improvisados.
¿O puede ser considerado periodista un interactivo analfabeto?, ¿un ingeniero, abogado, médico, literato o un político que no saben siquiera redactar una noticia ni hacer una entrevista?
A una persona cualquiera que llama a un medio para suministrar una información incompleta se le llama fuente, que siempre ha existido y que se ha diversificado con el adelanto tecnológico. Al no tener formación, no sabe escribir periodísticamente ni cumplir los principios éticos. Ese guiño (informante) espontáneo o comentarista cotidiano jamás puede ser considerado periodista.
Son culpables de la proliferación de esos impostores mediáticos: 1) Las empresas que no respetan la Ley 10-91, 2) el Colegio que desde hace tiempo no reclama su cumplimiento, 3) “vanguardistas” productores de televisión que los designan, y 4) los periodistas que los aceptan con resignación.
Abreviando, no pertenecen al organismo regular (el CDP), o no son periodistas, los avisadores, productores inventados, locutores, fotógrafos, camarógrafos, egresados del Instituto Dominicano de Periodismo (IDP) ni quienes no terminaron la carrera de comunicación. Los que quieran sus credenciales pueden asistir por cuatro años a la universidad, porque el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología rechaza programas especiales para titular hasta a los que ejercen por años. Seguiremos… .
POR OSCAR LÒPEZ REYES,
El autor es ex presidente del Colegio Dominicano de Periodistas y director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Dominicana O&M.