Pedernales, la vergüenza de una frontera mentirosa (Parte I)


Pedernales, una de las provincias fronterizas más vulnerable, se ha convertido en el colador de todo tipo de tropelía, corrupción, dejadez, indiferencia, discriminación y abuso oficial, como mecanismo para obligar a sus habitantes, otrora luchadores, a dejar hacer y pasar.

La seguridad fronteriza es una gran mentira, porque el control es solo para los dominicanos, los haitianos entran y salen como perros por sus casas, pero si usted, como dominicano lo intenta, de inmediato tiene la acción militar, la restricción oficial.

El haitiano paga peaje a quienes dicen garantizar la frontera para entrar y salir, depredar lo poco que queda y robar desde ganado, animales, vacunos gallinas y frutos menores hasta la paciencia de la gente y, todo esto ante la mirada indiferente de los militares apostados allí para ejercer control migratorio.

Para muestra un botón. Estuvimos allí, y vimos a militares en el mismo cuartel del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (Cesfront), bebiendo clerén en botellas de plástico, con una caliente bachata y una que otra haitianita al lado, además de algunos que aprovechan la confianza para traficar con todo.

En esa actitud, no solo los desarman, sino que juegan con la dignidad del soldado, el respeto a la patria y la seguridad de los pedernalenses que, con muchos sacrificios plantan sus tierras y adquieren sus ganados para sostenimiento de la familia. Pero cuando los vecinos deciden llevárselos, nadie le pone un alto.

Los haitianos entran por donde y cuando quieran, porque los recursos que se invierten en seguridad es para garantizarles su pase y estadía libre en el territorio. Aunque hay más de una decena de retenes y controles en el tránsito a los demás pueblos y a la Capital, solo es una pantalla.

Los ríos están virtualmente secos por la depredación, la escuela y los hospitales son para ellos y, pobre de que quien lo exprese, porque los beneficiarios están siempre listos para defender su acción. En una próxima, entrega abordaremos otros detalles del desastre fronterizo.

Santos Aquino Rubio 
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