Se descubre una inesperada causa de la derrota de Napoleón en Waterloo
Investigadores británicos aseguran que el resultado de la batalla que cambió el curso de la historia europea se debió a una erupción volcánica en Indonesia.
AGOSTO, 24, 2018: Una nueva investigación del Imperial College de Londres muestra que la derrota de Napoleón Bonaparte en la batalla de Waterloo pudo estar vinculada, en parte, a la erupción del volcán Tambora, en una isla de Indonesia. Así se asegura en un comunicado de prensa de esa institución, citado por Phys.org.
Los historiadores han considerado siempre que las condiciones climáticas, signadas por fuertes lluvias y tierras fangosas, contribuyeron a derrotar al emperador francés en su última y definitiva batalla, aquel 18 de junio de 1815. Se cree que por causa de esas lluvias, la artillería francesa resultó ineficaz contra las tropas enemigas. Además, existe la teoría de que el resultado de la batalla pudo verse afectado por la fatiga de los soldados galos, que tuvieron que caminar hasta Waterloo bajo aguaceros y sobre suelo fangoso.
La batalla de Waterloo en el mapa histórico: el Ejército de Napoleón, el 18 de junio de 1815. / Jaime Abecasis / www.globallookpress.com
Según una nueva investigación, encabezada por Matthew Genge, del Imperial College, las condiciones climatológicas que influyeron en el resultado de ese episodio histórico fueron consecuencia de un fenómeno atmosférico activado por una gran erupción del volcán Tambora.
Esa erupción -una de las más poderosas en la historia- ocurrió en la lejana isla de Sumbawa en abril de 1815, dos meses antes de la batalla. Genge sugiere que la ceniza volcánica generada por el Tambora, cargada de electricidad, produjo un 'cortocircuito' en la corriente eléctrica del nivel superior de la atmósfera, la ionósfera, responsable de la formación de nubles, lo que finalmente llevó fuertes lluvias a toda Europa, que contribuyeron a la derrota de Napoleón Bonaparte.
Napoleón en el campo de batalla, el 18 de junio de 1815. / www.globallookpress.com
¿En qué consiste el descubrimiento?
La investigación de Matthew Genge ha demostrado, por primera vez, que las erupciones volcánicas pueden arrojar cenizas a más de 100 kilómetros sobre el suelo, alcanzando en la atmósfera niveles mucho más altos de lo que se pensaba, incluso su capa más alta, la ionósfera.
"Antes los geólogos pensaban que las cenizas volcánicas quedaban atrapadas en la atmósfera baja. Mi investigación, sin embargo, muestra que las cenizas pueden llegar a la atmósfera alta, gracias a fuerzas eléctricas", explicó Genge en un comunicado.
/Fuente: rt.com/.