Necesidad de conciencia
La conciencia se define como el conocimiento que el ser humano tiene de su propia existencia, de sus estados y de sus actos.
¿Qué es tener conocimiento de nuestra propia existencia? Le aseguro que es mucho más que saber que realmente estamos vivos o que existimo. Es mucho más que el “sí pienso entonces existo”. (Cogito ergo Sum – Pienso por lo tanto existo).
No se tiene conciencia (refuerzo) por el hecho de saber que estamos vivos; pienso y usted puede estar o no de acuerdo conmigo, que se tiene conciencia, cuando además tenemos presente el objetivo y las circunstancias en los cuales se desarrolla nuestra existencia.
Por ejemplo, un ser humano tiene conciencia, cuando sabe que su vida es efímera, que ahora se está y que en los próximos segundos se podría no estar, que ahora tengo y que mañana podría no tener, que en la tómbola de la vida hoy me tocó el premio y la victoria y que mañana me tocará el fiasco y la derrota.
También debemos tener conciencia de que las trampas tendidas a otros pueden resultar para nosotros mismos, como la que el odio de Amán hizo tender a Mardoqueo, trampa que lo llevaría irremisiblemente a una horca de cincuenta codos de altura que había mandado a construir para él, sin embrago, el cuello que de esa horca colgó no fue la de Mardoqueo sino la del hombre que la celada tendió, el propio Amán.
Tenemos conciencia cuando nos damos cuenta de que lo único seguro hasta hoy en la vida, es paradójicamente la muerte; a esto le llamo yo la concienciación existencial.
Pero independientemente de este estado de conciencia, y sabiendo que las circunstancias o variables extrañas y ajenas a nuestro control sin excluir estas, lo pueden cambiar todo, es necesario y urgente concienciar en el desarrollo de la vida y la convivencia social.
Es necesario tener claro que sea cual sea la duración o permanencia de mi yo en este aquí, mis actuaciones me afectan a mí y a mi entorno. Es necesario tener claro que cuando bajo el acelerador y manejo de forma descuidada, no sólo pongo en riesgo mi existencia, sino la existencia de los demás. También es necesario tener claro, que la vida que desarrollo “no sólo es mía”, es más bien saber, que no lo es y que usted es sólo un administrador.
Que usted no se auto concibió, que necesitó de dos personas que independiente mente de las circunstancias que le unieron, cada uno puso lo suyo y con esa carga ajena usted se ha desarrollado, que, aunque tiene la administración plena de su existencia, su mala administración causa daños y perjuicios a esos inversores originales y todo el que ha invertido en usted amor, cariño y
esperanzas, por lo que es un deber y una obligación suya, por la deuda contraída auto preservarse.
El proceso de tomar conciencia se ha denominado concienciación o concientización y mientras nos demos cuenta de que existimos debemos sopesar cada uno de nuestros actos; lo que ganamos y lo que perdemos, a quienes aportamos y a quienes le sustraemos y, sobre todo, si realmente tenemos derecho a lo uno o a lo otro.
Recuerde una cosa: usted vino y el mundo estaba hecho, usted se irá y el mundo continuará, pero ese mundo ha sido transformado por todos lo que como usted y como yo llegamos y estamos conscientes que pasaremos. En el ínterin la vida nos presenta una disyuntiva y es si nuestro aporte lo haremos para que el mundo continúe, se desarrolle y progrese en amor y paz o lo haremos para su atraso, involución y destrucción. ¿Dónde se inscribe usted?
Hasta la próxima.
Dario Nin.
09 Junio, 2018.