¿Por qué las elecciones primarias deben ser abiertas?
En una época pasada una élite reducida de ciudadanos seleccionaba o elegía gobernantes y emperadores. Incluso los primeros reglamentos o Constituciones que constituían el ordenamiento jurídico de los nacientes Estados se realizaban del mismo modo. Por lo tanto, la gran mayoría de los pobladores estaban desvinculados de las grandes decisiones.
Fue a finales del siglo XIX y a principio del siglo XX cuando se abrió el abanico del sufragio electoral que trajo consigo la democratización de los procesos electorales de entonces. En efecto, surgieron los partidos de masas y se abrió todo un proceso jurídico que culminó con el reconocimiento legal y constitucional de las fuerzas políticas organizadas.
Desde entonces, los partidos políticos son eje primordial en el sistema políticos de la democracia. Y en los años transcurridos hasta nuestros días contemporáneos han contribuido al desarrollo y el fortalecimiento del sistema democrático, de igual modo en el Estado comunista. Esto ha sido posible en virtud de la interacción sociedad, partido, Estado y, sobre todo, del vínculo de los partidos con la sociedad y las masas.
Se preconiza que los partidos políticos son entes que tienen funciones de socialización política. En ese sentido, su papel en la sociedad va en dirección a esta premisa. Que implica el deber de los partidos de educar políticamente a sus miembros y ciudadanos, en democracia. Esto incluye, además, la movilización de la opinión pública y la legitimación del sistema político.
En este contexto, no podemos obviar el rol capital que tienen los partidos en velar por el respeto a los derechos humanos y vincularse a las aspiraciones e intereses de la sociedad. Para ello tienen a su disposición los medios de difusión y el parlamento.
Sin embargo, al paso de los años se manifiesta una realidad incontrovertible en República Dominicana, América Latina y otras partes de planeta, es la desvinculación creciente de las organizaciones políticas con las masas.
Mas aun, en estos tiempos de modernización, los partidos involucionan en su rol de socialización, se han retrotraídos al sufragio censitario, en el cual, unos cuantos elegían, como expresamos en líneas anteriores, parlamentarios, gobernante y emperadores
Hoy día, en la Republica Dominicana, en los partidos mayoritarios, una cúpula partidaria selecciona candidatos municipales, congresuales y presidentes. Otros tantos, hacen la mini cúpula de los partidos minoritarios, para luego venderse al mejor postor o al candidato presidencial con más posibilidades de alcanzar manejar el erario público. Es frecuente escuchar la expresión: tú sería un buen candidato, pero no te dejaron pasar
Este comportamiento de las organizaciones políticas ha transformado en las últimas décadas el proselitismo electoral de la República Dominicana, de manera tal que los partidos políticos están sumergidos en una crisis irreversible de valores y de credibilidad que afecta medularmente la democracia. Y no se le puede dejar a ellos solos el espacio de la democracia.
Así que, ha llegado la oportunidad, el momento, de abrir el abanico para la inclusión de las masas y la sociedad organizada para que participen en el modelo de elecciones primarias abiertas.
El modelo de las elecciones primarias abiertas y simultaneas, de ser aprobadas por el congreso, serian para la elección de precandidatos y candidatos municipales, congresuales y presidenciales, en las cuales, no solo concurrirán los miembros de los partidos políticos reconocidos por la Junta Central Electoral, en adicción, participarán todos los inscritos en el padrón universal de la Junta Central Electoral.
De esta manera se rompe el cuello de botella instaurado por la cúpula de los partidos en la selección de los precandidatos y candidatos en sentido general. Porque en las estructuras partidaria los miembros de la base o de la dirigencia, con condiciones, podrán ser candidatos y resultar electos a posiciones electorales en disputa.
En fin, este modo de selección de candidatos electorales por su carácter democrático y ampliamente participativo fortalece el sistema democrático y contribuye a renovar los estamentos de poder en la República Dominica.
POR ISMAEL BATISTA.
BARAHONA, 27 MAYO, 2018.-