¡Lo que me duele!


Ver un país con un estado o dirección del poder con tantas injusticias, con tantas desigualdades, un estado que propicia un estado de cosas que dejan mucho que desear como país que se precia de ser uno de los de mayor nivel de crecimiento económico, a pesar de que en los numeritos malos con los que se establecen los posicionamientos de las naciones del área en que vivimos, somos de los primeros siempre, pero en la fila de atrás; ese estado de desigualdad, tan rampante, se encuentra solo con ver que como para prorratear la expectativa salarial de los mas chiquitos, tenemos escalas salariales mínimas de diferentes topes hacia abajo, la menor, ronda los seis mil pesos dominicanos, cuando un solo funcionario o servidor público, en este caso, el gobernador del banco central, recibe como sueldo base, sin contar los demás emolumentos indirectos o compensatorios, de $ 1, 146, 045.00 (un millón, ciento cuarenta y seis, cuarenta y cinco pesos dominicanos); hablamos de que percibe por ese concepto, lo que ganarían en el mismo tiempo, más de cien obreros o empleados de un sueldo mínimo de diez mil pesos, calcule usted a cuantos sueldos mínimos de seis mil pesos equivalen.

Lo que me duele, es que en una lista de sueldos de alto nivel de nuestro estado se manejan rangos de salarios base ò sueldo fijo que van desde el millón, treinta y tres mil novecientos setenta y cinco pesos dominicanos a los quinientos cincuenta y nueve mil seiscientos pesos dominicanos, me duele esa barbaridad.

Lo que me duele, es ver por falta de recursos, ò mala administración, las calles de Neiba y demás municipios de la provincia Bahoruco, hundidas en las polvaredas levantadas al tropel de los vehículos de motor, que bajo el candente sol de nuestros días, corren por su efecto ò por el del aire que corretea bajo los efectos de la convección libre.

Lo que me duele, es ver que por estas distorsiones, Neiba, cabecera y centro sub-regional, abarrotada por la presencia de una importante inmigración pletórica de insalubridad, sin un hospital y sus equipos e insumos correspondientes, y ver además, a los famélicos agricultores pulular por la terminación del Canal Lateral Cristóbal, varado en su construcción por falta de presupuesto.

Lo que me duele y lamento a diario es ver toda la opulencia de un estado malgastador, que compa supertucanos, que solo sirven para negocios particulares, entre ellos los de sus propios seguros, denunciados hasta la saciedad ò todos los sobrevaluados de la Odebrecht y el pueblo común y corriente oliendo donde se Guiza; lo que me duele, es ver tantas facilidades al momento de las importaciones y tantas trabas para el productor agropecuario, con agencias estatales de apoyo, como agricultura, Procema o el INDRHI, sin un chele.

Lo que me duele es ver una agencia de extensionismo agropecuario, como lo fue y se precia de serlo, el Bagricola, como me despoja (en este gobierno) y vende a particulares, un predio titulado a mi nombre, con extensión superficial de mil cuatrocientas ochenta y tres tareas de tierras con 25 centiáreas (1,483 tareas), bajo un contrato o convenio hipotecario en el que el Banco de referencia, no me entregó nunca ni la mitad de lo pactado, $175, 000, 000.00 ciento setenta y cinco mil pesos dominicanos, siendo la propiedad azolada por las aguas mal manejadas del huracán George, septiembre 23, 1998 y luego por las tormentas, mal manejas por las agencias del gobierno correspondientes, diciembre 11, año 2007; en la primera, perdí la producción, más 120 cabezas de ganados y en el 2007 más de treinta, ¡qué les parece!, saben la respuesta del Banco y gobierno nuestro?, llevaron el valor recibido, los ciento setenta y cinco mil pesos, a millón y medio de pesos, descarnadamente, la propiedad paso a manos de una extranjera o algo así, el banco, no me entregó la totalidad del préstamo, pero ejecutó la totalidad de la hipoteca….¿Dueleee, verdad?

POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
NEIBA PROVINCIA BAHORUCO, REPUBLICA DOMINICANA.
14 DE SEPTIMBRE 2017.

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