SERIE ESPECIAL (2): Retiro forzoso alumna embarazada derrotó exclusión
NORMATIVA PARA LA CONVIVENCIA ARMONIOSA DEL SISTEMA EDUCATIVO DOMINICANO PROHÍBE LA EXPULSIÓN DE ESTUDIANTES EMBARAZADAS
EN SANTO DOMINGO, 10 Agosto, 2016: Micaela era estudiante meritoria en la escuela, pero fue impedida de acudir al acto para alumnos sobresalientes y de recibir docencia en la misma aula que sus compañeros.
El motivo de la prohibición era que estaba embarazada. El centro de estudios en todos sus años de existencia no había permitido que una estudiante “que haya cometido ese error” concluyera su formación escolar junto a los demás alumnos.
Se enteró de su embarazo dos meses después de que se iniciara el año escolar, pero su lucha comenzó en la medida que crecía la criatura en su vientre.
“Me dijeron que no podía estudiar junto a mis compañeros porque estaba embarazada”, cuenta la joven, hoy madre de 17 años.
Ser estudiante meritoria no le fue suficiente a Micaela. El centro no podía permitirle continuar de manera normal, porque si lo hacían, entendian que abrían las puertas a otras adolescentes en su misma situación.
Tenía que escoger entre estudiar de manera “aislada” como si se tratase de una enfermedad contagiosa, o enfrentarse a las autoridades de la escuela para ser aceptada.
Aunque recibió el apoyo de sus padres, compañeros y maestros, Micaela afirma que vivió un tiempo difícil, que se agudizaba con la idea de que no podía continuar sus estudios, sumado a todos los cambios físicos y emocionales que tenía que enfrentar desde ese momento.
Cuando la escuela comunicó su decisión, la joven procedió a demandar ante el Distrito Educativo la situación y ganó.
Cuenta que el atreverse a luchar le dio el derecho de continuar estudiando en el centro y dentro de la misma aula que sus compañeros.
Micaela logró continuar con su educación, y debido a la demanda, abrió el camino a otras estudiantes que en circunstancias similares habían sido impedidas de avanzar en su escolarización.
Despues de Micaela, la escuela ha tenido que cambiar su tradición y permitir que las estudiantes embarazadas sigan su proceso de formación, sin cambios de horarios ni de aulas.
Prohibición
En las escuelas y colegios del país está prohibida la expulsión de las adolescentes embarazadas, mandato que está establecido en Las Normas del Sistema Educativo Dominicano para la Convivencia Armoniosa, en cumplimiento de los articulos 48-49 de la Ley 136-03 del Código para la Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes.
“Se prohíbe expresamente la expulsión, denegación de matrícula o acoso para el retiro de cualquier adolescente embarazada en los centros educativos públicos o privados”, indica la normativa en su artículo 25
Cada escuela tiene que garantizar que la estudiante permanezca en el centro y motivarlas para que perseveren en sus estudios, sin persuadirlas a cambios de horario, ni utilizar la carga académica como justificación para que cambie a tanda nocturna.
Esta norma fue la utilizó como arma Micaela, reclamando como está establecido, ante la dirección distrital, regional o general de orientación y psicología.
De acuerdo con Minerva Pérez, directora general del Departamento de Orientación y Psicología del Ministerio de Educación, aunque existe la normativa, hay directores y comunidades que manejan estos casos de manera diferente.
“Se puede encontrar con que un director garantiza que se queda en el centro educativo, pero hay un grupo de padres que entienden que no puede estar ahí porque da mal ejemplo y eso se convierte en una presión”, indica
Sostiene que a causa de la presión y el acoso, la alumna puede dejar la escuela, pero que además, se suma que la misma familia sea quien le diga a la joven que tiene que asumir su responsabilidad.
“Siempre va a haber diferentes razones por la cual una joven pueda salir de la escuela, ahora bien, las normativas nuestras dicen que no pueden ser expulsadas y si es así, la familia y la propia estudiante tienen el derecho a reclamar la permanencia en la escuela”, asegura.
Pérez sostiene que desde el ministerio se ha establecido que si se identifica un caso de ese tipo, se haga la denuncia al distrito escolar y en su defecto en la regional.
Dice que si se hace la denuncia, porque en muchos casos no se realiza, el ministerio garantiza que la alumna vuelva a la escuela.
Protección
De acuerdo con un estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y Plan International, el embarazo en adolescentes está relacionado a la falta de oportunidades, la falta de información, las expectativas sociales y violencia sexual.
Sostiene que en la mayoría de los casos, estas adolescentes no pueden ejercer sus derechos a la educación y a la salud.
Según el informe denominado “Vivencias y relatos sobre el embarazo en adolescentes” en América Latina, una tercera parte de los embarazos corresponden a adolescentes y un 20% de ellos a menores de 15 años.
14% EMBARAZOS
En las provincias Azua, Barahona, Pedernales, Elías Piña y San Juan, al sur del país, el 14% de las adolescentes ha tenido uno y dos embarazos entre los 14 y 17 años.
Según el estudio “Niñas Esposadas” realizado por Plan Internacional (Plan RD), en esas demarcaciones, una de cada cinco adolescentes, es decir el 23.4%, entre 15 y 19 años, está casada o unida con un hombre 10 años mayor.
Estas cifras indican que República Dominicana es el país de América Latina y el Caribe con mayor número de niñas y adolescentes casadas o unidas, junto con Nicaragua.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 16 millones de jóvenes de 15 a 19 años y un millón de niñas menores de 15, dan a luz cada año, la mayoría en países de bajos ingresos.
Establece, además, que las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las adolescentes de 15 a 19 años a nivel mundial y que cada año, cerca de tres millones de menores de edad se someten a abortos peligrosos.
La OMS indica además que los bebés de madres adolescentes se enfrentan a un riesgo superior de morir que los nacidos de mujeres entre los 20 a 24 años.
Indica que el embarazo en la adolescencia continúa siendo un factor principal de la mortalidad materna e infantil.
Katheryn Luna / Listín Diario