Lo firmo y reafirmo
Rosario Espinal (por lo del aborto): “Las religiones tienen el monopolio de lo imposible. Prometen la salvación en el más allá y el consuelo en el más acá. Es un producto potente…Todos queremos confort, redención, creer que hay otra vida porque nos cuesta creer que somos finitos, que morimos. Hemos creado la eternidad como consolación...Si las religiones se mantuvieran en ese plano, harían una inmensa contribución al calmar las angustias humanas. Pero esa noble misión se desvirtúa porque quieren regular toda la sociedad y las decisiones de los gobiernos. Por eso han estado envueltas en tantas guerras”. (¡Gracias, Rosario!).