Formas estilizadas de violencia contra la mujer


Existe un culto pronunciado a la silueta femenina, que se evidencia en una saturación expositiva de la sensualidad, erotismo y sexualidad femenina, a través de los medios de comunicación.  A tono con el modelo de sublimación de la belleza de la mujer, se realizan a nivel mundial cientos de concursos de mujeres jóvenes, que persiguen premiar a la “reina” o “miss”, que sobresalga como la “más bella”.  Igualmente, hay escogencia de “reinas” en cada ciudad y campo rural del interior del país donde se celebran “fiestas patronales” o festivales agrícolas (del mango, del café, del azúcar, de la piña y hasta de la tayota) o “madrinas” de torneos deportivos (béisbol, baloncesto, entre otros). 

En la mayoría de estos concursos, previo a su selección final, las candidatas a “reinas” deben desfilar ante los presentes,  cuasi desnudas, con un bikini.  La habilidad o desempeño cognitivo de la participante en el concurso es irrelevante, porque importan fundamentalmente sus atributos físicos: cara, busto, nalgas y piernas.


En el imaginario del sujeto dominicano, las mujeres se clasifican en bonitas y feas. La definición de la cara es el primer elemento de atractivo de la mujer para el hombre dominicano, pero si su cuerpo es voluptuoso, la mujer es aceptada y/o demandada por el macho dominicano.

Existe una instrumentalización de la mujer a través de la macro exaltación de sus dotes corporales, en una lógica reduccionista de su potencial intelectual, creativo y profesional. 

Esa explotación de la imagen femenina en los medios de comunicación representa un tipo de agresión y violencia en contra de las mujeres, que es tan lastimosa y grosera como la violencia física o psicológica.

Por Rubén Moreta
El autor es Profesor UASD.
San Juan de la Maguana, 25 Julio, 2017.
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