DE DEPREDADOR A FIEL DEFENSOR DEL MEDIO AMBIENTE Y LOS RECURSOS NATURALES
EN CABRAL, Barahona, (República Dominicana), 18 Julio, 2017: Que una persona hoy haga una cosa y mañana desarrolle otra diferente, es algo normal que no debe sorprender a nadie, debido a que la vida es un sistema de cambios constantes, a los que están sometidos todos los seres humanos.
Un ejemplo de esto lo constituye el señor Marcos Pérez Alcántara, quién desde los 8 años de edad hasta los 22, fue un depredador junto a su padre destruyendo zonas boscosas para la preparación de conucos y la fabricación de carbón vegetal para la venta local, labores conque obtenían el dinero suficiente para la alimentación familiar y comprar algunos enseres para el hogar.
Alcántara, quien habló al respecto con elCaribe, dijo que cuando tenía de 13 a 14 años mientras tumbaba un árbol con su hacha, se hacía la idea de que destruía una vida de la naturaleza. "En ocasiones derribando un árbol con una hacha, tiraba este instrumento al suelo por largo rato, acción que no pasaba desapercibida para mi padre, quien a veces me preguntaba- qué te pasa-es que me duele mucho la cabeza, le contestaba.
Dice el hoy fiel defensor de los recursos naturales y el medio ambiente, que a los 22 años cuando terminó el bachillerato en el liceo local “Profesor Francisco Amadís Peña, adquirió conciencia que talar árboles significaba matar los ríos y dejar a su pueblo sin zona boscosa.
Tras reconocer que no entró a una universidad, por razones que no explicó, Alcántara señaló que de inmediato se unió a otros jóvenes amantes de la naturaleza, con los que se dedicó a la crianza de abejas, cada uno de los cuales, hoy cuenta con sus apiarios propios que manejan o administran de manera independiente.
"Ya con 27 años de edad, con mis amigos también defensores de los recursos naturales y algunos de mis familiares, creamos un denominado “Plan de Reforestación” con el objetivo de sembrar matitas de diferentes especies en lugares que han sido devastados por la mano del hombre, así como en calles y otros espacios públicos, acción que cuenta con el respaldo de toda la comunidad, cosa que me llena de satisfacción", comentó el ecologista.
Entres los arbolitos que él y su grupo cultivan hay de piñón, ébano, moringa, palmeras, caoba, guayacán, tamarindo, cacheo, mangos, cítricos, labor que el grupo desarrolla actualmente sin la ayuda de ninguna de las autoridades de las institución encargadas de velar por el ornato del poblado y de la preservación y conservación de los recursos naturales.
También junto a sus compañeros, quienes aparte de defender los recursos naturales y el medio ambiente, también son apicultores, fundaron el 11 de octubre del 2009 la Asociación Apícola Cabraleña (Apica) que actualmente cuenta con unas 500 colmenas.
Indicó que la miel producida es vendida localmente, cuya venta ya la están extendiendo a toda la provincia, para luego gestionar ayuda ante las instancias correspondientes para ver si logran abarcar el mercado nacional, lo cual sería un significativo paso avance para Apica y la comunidad cabraleña.
Actualmente el ecologista y conservacionista tiene 46 años de edad, reside en la calle 16 de Agosto, número 16 del sector Barrio Abajo de este municipio, en cuyo patio tiene un vivero de matitas de especies diversas, así como cultivadas matas de granada, cerezos, aguacate y otras.
"Defendemos y protegemos el medio ambiente y los recursos naturales, porque somos amantes de la creación divina y porque amamos y respetamos a nuestro pueblo, labor que desarrollamos sin la ayuda oficial ni municipal, lo que nos hace sentirnos más orgullosos", expresó Alcántara.
Asimismo, manifestó que él y sus compañeros realizan diligencias encaminadas a que las autoridades de la Dirección Provincial de Medio Ambiente y Recursos naturales con sede en la ciudad de Barahona, los reconozca como "Grupo Voluntario Defensor del Medio Ambiente y los Recursos Naturales, los doten de carnets, gorras y franelas para fines de identificación.
Comunitarios coinciden en que si hubiera sido en otro país, el caso de Alcántara que pasó de depredador a defensor y protector de los recursos naturales y el medio ambiente, de seguro que este y su grupo hubieran sido grandemente reconocidos y homenajeados, así como dotados de todo lo necesario para que desarrollen sus labores con la mayor facilidad posible.
POR JUAN FRANCISCO MATOS