14 de Junio, la Raza Inmortal


En el destierro perseguían una utopía: la libertad de su pueblo. En ese empeño el 14 de junio del 1959, impregnados de valor y coraje, llegaron desde Cuba a intentar destronar al déspota Rafael Leónidas Trujillo Molina, quien llevaba casi tres décadas pisoteando la patria amada.


Trujillo, quien prevalido de la fuerza, se creía predestinado para dirigir eternamente los destinos nacionales, fue confrontado por un puñado de exiliados ansiosos de instaurar la libertad y democracia en la República Dominicana.


Los combatientes, ciento noventa y ocho en total, de los cuales había cincuenta extranjeros, se inmolaron ofrendando su vida por levantar y salvar la dignidad del suelo y la gente humillada.

Los expedicionarios vinieron en dos grupos: un primer colectivo de cincuenta y seis guerrilleros, quienes fueron transportados en un avión C-46 disfrazado con símbolos de la aviación trujillista, cedido por Venezuela y aterrizaron en Constanza, en la Cordillera Central el 14 de junio del 1959, dirigidos por el comandante Enrique Jiménez Moya y asistido por el cubano Delio Gómez Ochoa, héroe de la Sierra Maestra junto a Fidel Castro. Seis días más tarde –el 20 de junio- llegaron los otros combatientes en dos lanchas marítimas –la Carmen Elsa con 99 y la Timina con 67-, quienes desembarcaron por Maimón y Estero Hondo, Puerto Plata en la costa norte.

Los participantes en la gesta del 14 de junio del 1959 estaban organizados en el Movimiento de Liberación Dominicana (MLD), una célula política de tendencia izquierdista, que trajo elaborado un programa de gobierno para ser implementado.

Fue una lucha desigual porque Trujillo disponía del ejército más poderoso del caribe. Solo seis luchadores sobrevivieron. El resto fue exterminado por el régimen que conocía la conjura, los esperó y aplastó.

Aunque esta guerrilla fracasó militarmente, políticamente fue exitosa, porque con su heroica acción levantaron la autoestima de los dominicanos, quienes se atrevieron meses después a construir iniciativas y focos internos que apuntaron a derribar el oprobioso régimen.

Con su procera hazaña reanimaron a los decaídos de espíritu; despertaron a los dormidos e insuflaron valentía y atrevimiento a un pueblo atribulado por un régimen cruel que lo maltrataba.

Dos años después de la acción guerrillera de Constanza, Maimón y Estero Hondo, con la chispa que encendieron estos intrépidos hombres, el 30 de mayo del 1961 se produjo la conjura interior que logró el ajusticiamiento del tirano.

Honor eterno a los patriotas del 14 de junio del 1959, certeramente definidos como la raza inmortal, porque ellos trajeron los vientos de libertad al pueblo dominicano.

Por: Rubén Moreta

El autor es Profesor UASD.

14 JUNIO, 2017.
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