Idioma cuatriboliao No.13: Excelentísimo
Que yo recuerde nunca escuché la expresión "Excelentísimo Señor Presidente John F. Kennedy" sino "The President of the United States of America John F. Kennedy" (El Presidente de los Estados Unidos de América John F. Kennedy), como tampoco esa llamativa expresión en otros presidentes que le sucedieron. En algunos casos la palabra "Excelentísimo" antecede el nombre de una persona electa presidente mediante elecciones "legítimas" o fraudulentas, como en el caso de Trujillo cuando dio un golpe de Estado a Horacio Vásquez en 1930. Como se sabe semanas después se adueñó del poder gracias a una complicidad electoral amañada y temeraria. Para los que nacimos en la primera mitad del siglo XX en plena Era de Trujillo el uso de "Excelentísimo" era el preámbulo protocolar espontáneo y obligatorio precedido de loas que elevaban a la quinta potencia la figura del Perínclito de San Cristóbal y su obra de gobierno dictatorial de 31 años.
Para asimilar el tema, Rafael L. Trujillo, el patriarca de la "Era de Trujillo" (1930-1961), fue asesinado la noche del 30 de mayo de 1961.
Asesinado, pues no hay diferencia alguna entre asesinato y tiranicidio donde el saldo es un muerto por la vía violenta, solo que en este caso no fue un muerto como otro cualquiera. El culto a la personalidad, en este caso la de un obvio y fuerte carácter que al ocupar la presidencia de la República tipificó una figura pretendiendo bordear el misticismo acompañado de una vistosa e impecable vestimenta; contrario al carácter, profesión, ocupación o posición social de los dominicanos durante y después de la Era de Trujillo donde el culto a la personalidad tuvo su climax en el propio Trujillo, como pudimos constatar y como reseña la historia. El término "Excelentísimo" disminuyó su brillo e intensidad luego de su muerte para convertirse en un término protocolar como remanente de una época donde su uso era una obligación.
Al parecer la reverencia que implica "Excelentísimo" es un legado bien marcado de la Era de Trujillo. Como habíamos dicho, "Excelentísimo" en democracia es una especie de formalidad pues no es fácil igualar o superar la personalidad, carácter y determinación de Trujillo, quien además dominaba o domaba la intelectualidad probada de mentes cortesanas de la época convirtiéndolas en cómplices de la diplomacia o de la burocracia. Y es que en aquella época todo se concentraba alrededor de un solo hombre: Trujillo. Después de su asesinato todo se concentra alrededor de un sólido bunker que él construyó: un Palacio Nacional que sustituyó la constitución y las leyes del Estado de la Era de Trujillo por aquellas constituciones y leyes del "Estado social y democrático de derecho" como antítesis de dictadura. Eso por un lado.
Por el otro, para guardar las supuestas o reales apariencias del "Estado social y democrático de derecho" que suena de vez en cuando, o según las circunstancias, si caemos en cuenta que la democracia no es perfecta, donde cada persona o gobierno tiene su propia visión de desarrollo económico y social tratando de corregir la "imperfección democrática", cueste mucho o poco o según el grado de fuerza con que se apriete la tuerca del merengue de Fernando Villalona; o según el aspecto institucional y su pugilato con la constitución y las leyes para tratar de darle forma al "Estado social y democrático de derecho" o al Estado como mujer ideal que Pablo Milanés simplemente soñó.
En vez del culto a la personalidad "Excelentísimo" se ha convertido en una formalidad democrática mientras que en la Era de Trujillo el término se elevó a la quinta potencia para: (1) alabar o idolatrar al tirano, y (2) para poner las barbas en remojo o ponerse uno donde el capitán lo viera, aguardando las reales o supuestas apariencias. Esta última estrategia fue la que utilizaron los reales o supuestos amigos del Jefe para darle su último adiós la noche del 30 de mayo de 1961. Al parecer las acostumbradas loas cegaron de tal manera a su "Excelencia" que le hicieron caer en su propia trampa pues no tuvo tiempo de distinguir entre aquellos ubicados donde siempre el capitán los vio, es decir, aquellos que primero guardaron las reales apariencias y después las supuestas dentro de un automóvil en movimiento, desde donde salió el primer cartuchazo, a quienes hay que darle todo el crédito por la valentía y arrojo que puso fin a la dictadura de 31 años.
Sin embargo presidentes de otros países han sido asesinados sin ser "Excelentísimos", teniendo como caso típico a John F. Kennedy. Partiendo de esta "premisa" el asesinato se convierte en tiranicidio en el caso de Trujillo, solo que mientras se consumaba el asesinato Trujillo justificó el tiranicidio dentro de una versión moderna de emboscada sin guerra comparable con el asesinato del presidente chileno Salvador Allende, quien al igual que Trujillo defendió sus creencias hasta el último minuto con su propia sangre enfrentando un poderío militar que dio al traste con un gobierno nacido de elecciones libres; y Trujillo aferrado a una dictadura nacionalista con un lema democrático incrustado en las siglas de su propio nombre: RLTM (Rectitud, Libertad, Trabajo y Moralidad), que llevó luto a la familia dominicana (lado oscuro de la dictadura), aunque como gobierno también tuvo puntos claros, contrario a puntos oscuros que inclinan la balanza.
Si lo explicamos de esta manera es con el propósito de destacar el término "Excelentísimo" elevado a la quinta potencia en la Era de Trujillo, visto el temor que lo convertía en reverencia de uso cotidiano para guardar las reales y supuestas apariencias, o ponerse donde el capitán lo viera, que es todo lo contrario al uso formal del término en la democracia. Aunque no es el mismo golpe de Jochy Santos sin embargo es la misma palabra. A este punto quería llegar para ver si el legado de "Excelentísimo" desaparece del vocabulario protocolar y en su lugar utilizar un término que no arrastre el pasado, o que no recuerde o trate de imitar el pasado con términos linguísticos asociados a la reverencia o a la sumisión como era la costumbre en la Era de Trujillo.
Una persona honorable, independientemente de su posición en el estrato social, no significa que sea "menos o más barata" que un "Excelentísimo" asociado al culto de la personalidad o posición que ocupe en el estrato social; o sea más insignificante que una persona que se crea estar en la cima del mundo, mirando hacia abajo con aires de superioridad sintiéndose dueño del universo. Al parecer "Excelentísimo siempre quiere elevar a la quinta potencia el respeto y la distinción frente a un "Honorable" que no le pisa los talones. A mi entender se trata de una aberración del español que hablamos en República Dominicana consecuencia de la idiosincrasia que caracterizó el siglo XX. Por eso nos alegra saber que ya no hay un "Jefe de la Policía Nacional" sino un "Director de la Policía Nacional". Por lo menos vemos que desde el punto de vista institucional es posible hacer cambios en la linguística protocolar para acoplar nuestro idioma al presente y al futuro.
Luis Eduardo Díaz Franjul eduardofranjul@yahoo.com,
25 Mayo, 2017.