Juan Bosch: democracia, corrupción y su visión profética (5)
“Nada puede dañar a un buen hombre, ni en la vida ni en la muerte (Sócrates)
No cabe ninguna discusión, la historia y la prolífera vida intelectual y política prueban que Juan Bosch es el dominicano y latinoamericano de pensamiento más alto y polifacético del Siglo 20. Juan Bosch es el último doctrinario del pasado siglo y uno de los ecléticos autodidactas más profundo y diverso en el desarrollo, estructuración de su pensamiento y visión del mundo. Importa destacar, el impacto de la autoridad en América Latina, el liderazgo y el pensamiento ético firme y claro de Juan Bosch entre sus contemporáneos; relación ésta, con la que marca la época anterior y la propia, trascendiendo de forma notable en la cultura política y social universal.
Hemos retomado en las cuatro entregas anteriores el pensamiento político de Juan Bosch sobre el factor determinante del golpe militar de 1963 a su gobierno, que a su juicio, independiente de la razón pluricausal que le dieron origen, una fue la determinante: La corrupción. Otro factor ético propio de una conducta humana con aprendizaje desviado también jugó su rol, como destaca don Juan en la siguiente cita: “Como consecuencia de esa actitud, los dominicanos medios no han establecido todavía una escala de valores morales; no tienen lealtad a nada, ni a un amigo ni a un partido ni aun principio ni a una idea ni a un gobierno. El único valor importante es el dinero porque con él pueden vivir en el nivel que les pertenece desde el punto de vista social y cultural; y para ganar dinero se desconocen todas las lealtades”.
De Odebrech, perspectiva desde la que se originan estas reflexiones, con la analizamos la corrupción que pone de manifiesto lo aberrante y degradante de su forma de moralidad para establecer relaciones de negocios. No hay que ser un experto investigador, ni un moralista dogmático; cualquier persona con el más simple de los sentidos de la decencia puede establecer que Odebrecht representa la peor trama criminal contra la moralidad pública, el patrimonio de los Estados con que se relaciona y, es la empresa más degenerada en materia de negocios internacional.
Al iniciar las reflexiones que hoy con esta entrega llevamos a su final, establecimos como fuente de consulta el texto del Gran Maestro Juan Bosch: “Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana”. En este mismo texto, don Juan establece que “todo el que de cualquier manera y haciendo cualquier cosa conquista el poder, tendrá que hacer lo propio para mantenerse”. Juan Bosch: democracia, corrupción y su visión profética, título con que hemos definido las cinco reflexiones de esta última entrega en Pentagrama. ¿Qué se ve y qué no se ve de la trama corrupta de Odebrecht? Esta sentencia sobre lo que subyace en el fondo de las cosas y no se manifiesta en los fenómenos y los hechos, unos se la atribuyen a Juan Bosch, otros a Wilhelm von Humboldt y su filosofía de la historia, a José Martí o a Eugenio María de Hostos.
La verdad es que no pertenece ni a uno ni otros, es uno de los juicios de la Filosofía Clásica Antigua con la que Heráclito de Éfeso definía el Cambio o el devenir constate de las cosas en el llamado principio de la armonía, cito: “En toda contradicción hay implícita una armonía. La armonía escondida vale más que la que aparece”.
Con lo que se ve y no se ve de Odebrecht, hay que ver si lo que se revelará en Junio será lo que realmente no se ve, o, con lo que se ocultará más lo que no se ve; o tal vez, se cumplirá la visión profética de Don Juan cuando dice: “En los países de la América Latina, con muy pocas excepciones, gobernantes y gobernados ejercen la corrupción en la forma más natural, y la corrupción no se limita al robo de los fondos públicos sino que alcanza a otras manifestaciones de la vida en sociedad”. Marco Tulio Cicerón, además de Heráclito y los grandes pensadores que ya hemos citado a lo largo de estas reflexiones, forman parte del conjunto de pensadores que influencian en la construcción del pensamiento de Juan Bosch. En sus Diálogos, Oficios y Paradojas establece Marco Tulio: “El pecado no se mide por su tamaño, sino, por su Naturaleza”. De esta manera llegamos al final de la serie prometida. (Tesis doctoral, Juan Bosch: Dimensión Política, Filosófica y Jurídica, “como razón Sistémica”-jtof-)