Juan Bosch: democracia, corrupción y su visión profética (4)
“El pueblo dominicano es una tierra buena para la semilla de la democracia.”
Cuando iniciamos esta serie, que hoy llega a su cuarta entrega, hicimos el compromiso de mantener hasta esta entrega, una fidelidad literal a las citas transcriptas de la fuente preestablecida: “Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana”. La cita que encabeza esta reflexión, es un claro signo del amor de don Juan, por el pueblo dominicano. Además de amor, fe y compromiso con la voluntad de un pueblo capaz de construir una verdadera democracia. Democracia amenazada continuamente por la por la peor desgracia que puede azotar una nación, posible ésta, hasta de gestar un golpe de Estado, como lo señala en el Gran Maestro en el siguiente fragmento que cito:
“Aunque hubo numerosas causas, todas coincidentes, para el golpe militar dominicano de 1963, lo que lo determinó fue la corrupción”. Amplía Bosch, en la siguiente cita:
“La tajada era demasiado grande, valía la pena derrocar un gobierno cuyo Presidente no estaba dispuesto a permitir que un millón doscientos mil dólares del pueblo dominicano fueran a parar a una cuenta de ahorro de un banco de Miami o de Puerto Rico. -Continúa Bosch- Yo retorné de México el día 19 de septiembre, el 23 se decidió el golpe; en la madrugada del 25, el golpe se había consumado”. Consumado, digo yo; no por razones ideológicas, contradicciones políticas, diferencias religiosas o controversias económicas, sino, por una cultura de robo de los bienes y fondos públicos, como cita a continuación:
“Sólo a un inconsciente se le podía ocurrir que un país en quiebra, con el pueblo muriéndose de hambre, estaba en condiciones de gastar seis millones de dólares en aviones de guerra”. Cualquier parecido con la realidad de hoy, es pura coincidencia. Por su negativa reitera Bosch:
“Y he dicho “como debía suceder”, porque la conspiración golpista fue también un producto natural de la corrupción en que una parte de la clase media cultivaba sus derechos a los privilegios ilegítimos”, en sus atribuciones a este flagelo como factor determinante del golpe del 1963, dice el Gran Maestro de la democracia dominicana, Juan Bosch:
“La intensidad de la corrupción puede medirse por ese episodio. Los más altos líderes de la oposición se negaban a que la justicia actuara en un caso vulgar y corriente de abuso de confianza con dinero público”, además afirma Bosch:
“Ese ambiente de corrupción era el caldo en que prosperaba una parte de la clase media dominicana, la porción de clase media que no se había preparado para obtener beneficios mediante la capacidad, en competencia honesta y abierta, y se las arreglaba para obtenerlos mediante el fraude, el negocio en la sombra, el favor del gobernante. Allí estaba la clave de la clase media dominicana”, y lo peor, dice Don Juan:
“Por otro lado, la corrupción tiene consecuencias malas en un campo distinto: mata la fe de los que desearían tener fe en la democracia, especialmente de los jóvenes; y esto es mucho más cierto en la América Latina, donde tal vez por esa misma tradición de fraude o por la necesidad de compensación para establecer el equilibrio que demanda la vida, la juventud tiene una necesidad vehemente de que la moralidad pública gobierne los actos de los que están en el poder”. A Juicio de Bosch, sólo la moralidad pública y la fe de la juventud, hacen posible lo que cita a continuación:
“La fundación de una democracia requiere otra actitud, pues para establecer un sistema democrático no hay sino una base firme: el reconocimiento de que la voluntad del pueblo es sagrada y sólo de ella debe partir la autoridad democrática. Cuando se entra en el camino de las conspiraciones, ya sólo a base de conspiraciones puede retornarse a un estado de derecho.” El sentido ético de Juan Bosch del ejercicio del poder, reflejado en la cita anterior, con la cual concluimos esta entrega. Las convicciones de don Juan, se fundamentan doctrinariamente en las fuentes filosóficas del existencialismo de S. Kierkegaard, quien establece: “que el Ético es aquel que escoge quién desea ser, y se impone la disciplina necesaria, para llegar a serlo…La elección ética concibe la vida como construcción, proyecto y deber”. El próximo domingo será nuestra última y 5ta. entrega. (Tesis doctoral, Juan Bosch: Dimensión Política, Filosófica y Jurídica, “como razón Sistémica”-jtof-)
POR JUAN TOMÁS OLIVERO,
02 ABRIL, 2017.