Idioma cuatriboliao No.12: El barbero de sevilla
En mi primera juventud, entre la niñez y la adolescencia, la naturaleza reclamaba un corte de pelo cada 15 o 20 días en cualquier día del mes o en distintos días del mes en curso según demandaba la cabellera de la testa, para no mencionar otra. Recuerdo que en Barahona existían dos barberos en la calle Uruguay (uno frente al otro, en aceras opuestas, para ser más exacto); dos en el cuadrilátero de la "plaza" (mercado público), equidistantes uno del otro; un quinto barbero en el parque central, al lado del desaparecido teatro Unión, y un sexto y último barbero ambulante, de esos que pelan casa por casa, el cual nunca tocó la hasta ahora fértil cabellera de mi testa. Esos son los que recuerdo.
En aquella época (década del 50) bastaba una tijera y un peine para realizar el corte de pelo pues no existía el "abejón" que hoy usan barberos menos profesionales, contrario a la élite VIP que exige corte de pelo a navaja y/o instrumento en forma de cuchillo de mesa con su estuche que se usa para rasurar la barba, el bigote, los cerquillos laterales y nuca. La clase media y baja exige al barbero el "abejón" para que le pele la testa, con mucho o poco pelo, o a "caco pelao", cosa que no imaginé en mis tiempos, de lo contrario el bochinche podría durar hasta la próxima cosecha de "pelo lacio" o "pelo mota" (moño malo). Aunque en los años 50s no existía el abejón de hoy había un abejón tipo universal parecido a un tenedor que le daba forma al cerquillo de la nuca. El que se atrevía a usarlo tenía que atenerse a las consecuencias.
Aparte de la tijera y el peine se usaba (y todavía se usa), como dijimos, la hoja de afeitar en forma de cuchillo de mesa (que llamábamos "la sevillana") con la cual también se corta el cabello. Esta práctica (corte de caballo con "sevillana") tomó auge en el país con la llegada de los hermanos españoles Fernando y José Ramón Otazu, al final de los 60s o principio de los 70s. En sentido general el barbero del ayer solo tenía entre sus herramientas el peine, tijera, la sevillana y el cinturón de cuero para darle filo a la sevillana. Nunca faltaba el polvo talco, la mota (en este caso almohadilla para empolvar, lo que es contrario a "mota" o moño malo). Además del alcohol como loción para calmar las irritaciones de los cerquillos el show terminaba con varias bofetadas con mota cargada de polvo talco Palmolive.
En Barahona cada barbero tenía su pequeña historia o benigno defecto. Una de ellas que daba mucha risa era la de aquel fugaz barbero de piel mestiza, alto, delgado, entrado ya en edad, quien acompañaba cada tijeretada con el movimiento de su caja de dientes (sonido contínuo, seco, de choque de dientes) sin nada en la boca para mascar. Solo faltaba conga y guitarra para bailar un "son" con la primera parroquiana que apareciera por esos predios. En definitiva, así era la época del barbero de los años 50s, el que nunca pensó que el abejón del siglo XXI reemplazaría el corte de pelo con tijera y peine, en tiempos lejanos donde los cambios eran muy lentos y la vida más apacible.
A estas alturas quizás el lector notó que la palabra "tijera" siempre la usé en singular, es decir, tijera en vez de tijeras. La definición de tijera, según el diccionario: "Instrumento compuesto de dos hojas de acero, a manera de cuchillas de un solo filo, que pueden girar alrededor de un eje que las traba para cortar lo que se interpone entre ellas". Con relación al uso singular (tijera) o plural (tijeras) veamos lo que dice la Academia Dominicana de la Lengua (DL. 24/1/17). De acuerdo con la Academia "el plural de un grupo de voces no siempre se relaciona con la cantidad, para referirse a las tijeras y/o palabras que designan objeto formado por dos partes simétricas, en este caso "dos hojas de acero como cuchillas de un solo filo, o uso de la misma palabra (tijera) con idéntico valor singular o en plural para referirse a un solo objeto: "Recortaba con unas tijeras. Tenía a mano la tijera para contar el hilo".
Visto lo anterior, al parecer del idioma cuatriboliao hay un error en el uso de la palabra "tijeras". Todo comienza con la propia definición del diccionario que de entrada habla de "instrumento compuesto de dos hojas de acero", donde se entiende que la tijera es un instrumento (singular). Lo que está en plural son "las dos hojas de acero a manera de cuchillas"...(cuchillas y tijera son dos cosas distintas), por tanto "tijeras", en cualquier diccionario o a título personal, no es correcto al no distinguir el singular del plural. La palabra "tijeras" (plural) comienza cuando hay más de una tijera. Por ejemplo: en aquella tienda venden varios tipos de tijeras.
Por lo tanto el singular y el plural no deben figurar en una misma palabra. Se diría que así es el idioma pero lo correcto sería decir: "La tijera cortó el hilo" ya que no se puede decir "Las tijeras cortó el hilo". Al parecer hay puntos de vista contradictorios entre el idioma cuatriboliao y la Academia Dominicana de la Lengua pues esta última cambiaría el verbo (cortaron por cortó) en "las tijeras cortaron el hilo, para resaltar el cambio de singular a plural y también el verbo (cortar).
Luis Eduardo Díaz Franjul
eduardofranjul@yahoo.com
03 Febrero, 2017.-