Un funcionario llamado Carlos Segura Foster. Dr. Dario Nin
Llevaba varios años escuchando su nombre, pero en persona jamás lo había visto. En mi condición de abogado había visitado al Banco Agrícola y una vez en esta institución, al Departamento de Alquileres. Este Departamento había llamado mi atención por el trato afable que me dispensaban sus empleados cada vez que acudía para realizar los depósitos por alquiler o a buscar las correspondientes certificaciones para las demandas en desalojo por falta de pago. Claro, el trato no era sólo a mí, sino a todos los que acuden allí.
Para el mes de noviembre de año pasado, tuve que visitarlo por otra razón distinta a los alquileres, pero siempre en el desarrollo de mi rol como abogado. Un inconveniente en un proceso que entendía se podía solucionar en la Sede Principal, se me exigió que debía trasladarme a una sucursal; pues esa había sido en la que se originó el documento que me había llevado a esta Institución.
Frente al inconveniente presentado y la certeza que tenía yo como solicitante de que el requerimiento para mi traslado a la sucursal no era necesario, generó una discusión ( por supuesto con la altura necesaria tanto de un lado como del otro), que motivó que por sugerencia de otro empleado gestionara en el acto una entrevista con el encargado de negocios de dicho banco; en el entendido, que sería este funcionario el que podría resolver lo que yo, en mi condición de profesional del derecho exigía.
Me dirijo al despacho de este funcionario y cuando llego a lo que suponía debía ser su oficina, me conduce un empleado sin hacerme esperar ante el que suponía titular de Departamento, como si ya supiera de mi visita o como si en el mejor de los casos hubiésemos concertado una cita previa.
Éste Indaga sobre mi condición y mis exigencias y sin que tuviera que hacer mucho esfuerzo para explicar, o convencerle de mis pretensiones, manifestó comprensión de lo que exigía, me otorgo la razón, pidió las excusas de lugar y se dispuso en lo inmediato para la solución del inconveniente.
Fue tan amable el trato de este señor, que ya eso me dejaba un “no puede ser” por dentro. Le cuento que lo primero que me extrañó es que las puertas de ese despacho nunca se cerraron, igualmente me extrañó la disposición auténtica de indagar y resolver lo planteado, al mismo tiempo que atendía a otros casos ,[U1] dando a cada quien su espacio; aun así tuvo tiempo para entablar conmigo una conversación preguntarme por mi apellido y su origen , por la familia y por la situación en sentido general , pero señores, y no les miento, la sensación de paz, de armonía, que percibí en su entorno. Empleados distendidos y sin presión, pero haciendo su trabajo. Un ambiente de trabajo en su despacho agradable y organizado, un escritorio sin cumulo de papeles por despachar.
En verdad, y en pocas palabras, este señor me dejo impresionado, no creí que en este país iba a encontrar un servidor con tal disposición.
Al fondo había una foto o una pintura del Profesor Juan Bosch y esto hizo que sin saber con quién conversaba le dijera: ¡Señor es usted un fiel discípulo del Profesor Bosch! y le sugerí que no cambiara jamás su forma y trato, a lo que éste me respondió con estas palabras, “y … como voy a cambiar si yo soy ya un viejo” lo que interpreté como: esa es mi naturaleza, no es una pose, he sido así toda mi vida.
Su trato afable me llevó a decirle que yo albergaba la esperanza de que gente que actuaran como él, que dejaran la impresión que él había dejado en mí, ocuparan los puestos públicos en este país. Y que mi aporte para eso, consistía en que en mis roles de psicólogo y maestro que soy estaba desarrollando junto con un cuerpo de facilitadores y con el respaldo Institucional de Centro Persona, un seminario que titulamos “Gradúalos de Persona”, le expliqué el por qué y el significado del nombre; ya que se había concebido para los jóvenes que terminaban el 4to de la educación media, o sea que se graduaban de bachiller y que el nombre era un dialogo imaginario con las autoridades o Dirección de centro educativo en donde estos estudiaban , es como si le dijéramos a esas autoridades un “Oye… ¿ Lo vas a graduar de bachiller? Sería más provechoso si los graduaras de persona, que es lo que está haciendo falta allá fuera”.
Ahora quien parecía interesado en saber más sobre lo que hacíamos era él y tuve que explicarle que ese programa había tenido una recepción extraordinaria y que instituciones como el Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio (INAFOCAM) había aprobado más de cincuenta seminarios para maestros en servicio en 2013, La Regional 10 Santo Domingo II había impartido decenas de ellos a bachilleres y al personal docente y administrativo de los centros bajo su dirección y que de igual manera el Instituto de Superior de Formación Docente Salome Ureña ( ISFODOSU), lo había convertido en una materia de 45 horas que designamos como Educación de las Emociones y las Sensibilidades que se le imparte a los estudiantes de nuevo ingreso desde el 2013 , y aún más la Policía Nacional a través del Instituto de Dignidad Humana, (IDIH) imparte desde 2012 a un grupo de oficiales, rasos y alistados cada semana este seminario a los grupos que prepara en uso de la Fuerza y Derechos Humanos., Concluido el relato este se mostró interesado y prometió una cita con la gerente de recurso humanos para sopesar la posibilidad de que los gerentes del banco también lo reciban
Frente a la promesa y el interés mostrado le pregunte su nombre, pues creía que estaba hablando con el encargado de negocios del Banco Agrícola y este se presentó entonces como Carlos Segura Foster, quien resultó ser el Administrador General del Banco.
Señores quien me condujo al despacho de este como un simple empleado más, había sido el Gerente de Negocios del Banco y quien me recibió con tanta disposición de servicio como ya le dije lo fue su Administrador General.
Resultado de una situación engorrosa y tensa en principio como la dificultad que se me presento: el problema resuelto satisfactoriamente y un adicional; hoy todos los gerentes del banco se han “graduado de Persona”, realizando el Seminario que ya le enuncie arriba, y solo después que estos ha terminado me animo a escribir este artículo, no por el beneficio recibido que ya ha sido recibido; sino por dos cosa precisas: Dar a notar como un conflicto bien manejado se transforma en una cooperación o una simbiosis en donde los elementos involucrados salen beneficiados y se cumple la sentencia de que en la vida la forma en que pides las cosas es la responsable en gran medida de que lo consigas o no, o sea, que una situación adversa en tu vida te abre puertas, todo obra para bien como solemos decir los cristiano. Y la segunda es llamar la atención sobre que en la Administración Pública necesitamos más funcionarios con la aptitud y con la actitud del funcionario llamado Carlos Segura Foster. Dios le bendiga.
Hasta la próxima.
Darío Nin