El Almanaque de Bristol y los nombres de las personas


Domingo Caba Ramos

El Almanaque de Brístol o “Almanaque pintoresco de Brístol”, como es su nombre completo, es una especie de revista, con formato de peque libro, publicada originalmente (1832) por el químico y farmaceuta norteamericano Cyrenius Chapin Bristol, cuyo rostro todavía ilustra su portada color mamey. Veinticuatro años después (1856) fue adquirido por la empresa norteamericana Lanman & Kemp-Barcalay & Co. Inc., establecida en Nueva Jersey. Se editan aquí, anualmente, cinco millones aproximadamente de ejemplares que se distribuyen en la Península Ibérica, Brazil y la mayor parte de los países hispanoamericanos.

En la República Dominicana, el Almanaque Bristol aparecía todos los años hacia mediados de noviembre en todas las farmacias , donde se distribuía y aún se distribuye de manera gratuita.

En esas naciones, la referida compañía utilizaba el almanaque para promover sus productos de perfumería y jabonería, razón por la cual se convirtió en un medio de irrepetible popularidad, y en la más solicitada fuente de consulta popular relativa al momento más adecuado para la siembra, la pesca y cortarse el cabello, entre otras decisiones.

Pero no solo eso.  En el Almanaque de Brístol eran frecuentes las consultas sobre las predicciones del tiempo y mareas; fechas de inicio de las estaciones, recomendaciones para  cálculos astronómicos, así como el horóscopo y el santoral del día.

El santoral es el calendario litúrgico que indica la fecha en que se celebran las festividades en honor de un santo u otra figura religiosa. Dicho santoral era el instrumento por excelencia para en épocas pasadas  determinar el nombre de las personas… De esta manera se tomaba en cuenta el día en que  nacía el niño para asignarle el nombre del santo correspondiente. De ahí que hoy  nos encontremos con padres y abuelos, con más de cincuenta años, identificados con los más pintorescos y no siempre aceptados nombres: Victorino, Atanasio, Telésforo, Protasio, Doroteo, Honorio, Heliodoro, Apolinaria, Genoveva, Pacomio, Filemón, Severiano, Deodato, etc.

SANTORAL DEL DÍA PARTE ATRÁS.

Cuando yo ejercía con director de escuela pública, en épocas de inscripción escolar, una madre me entregó el acta de nacimiento del niño que deseaba inscribir. Al revisar el documento, cuál no fue mi sorpresa al descubrir que el nombre de este era nada más y nada menos que Santoral del día parte atrás.

¿Por qué?

Sencillamente porque tratándose del citado niño, el santoral, que siempre cubría una página, debió continuar en la página siguiente, justamente donde aparecía el nombre del santo que le asignaría a su retoño. Como la madre leyó el llamado “Santoral del día parte atrás”, con esa misma frase le plantó tan desagradable etiqueta en su partida de nacimiento..

NOTA ENVIADA POR GAUDIS SÁNCHEZ
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