Salud, educación y delincuencia: retos con pocos avances


EN SANTO DOMINGO, 22 Diciembre, 2016;: Son la salud, la educación y la seguridad ciudadana tres grandes desafíos del presidente Danilo Medina que afecta directamente a la gente, en un gobierno al que se le reconoce sus esfuerzos en la inversión e iniciativas. Pero en la práctica, cuatro años no han sido suficientes para transformar las precariedades que se vienen arrastrando por décadas. Si no es la mejor, una muestra sensata de las prioridades de una gestión gubernamental es la partida que se le dedica a cada área. Este 2016, los sectores Educación, incluyendo la Superior, Salud e Interior y Policía absorbieron RD$237,793.7 millones, el 42% del gasto total del Presupuesto. En detalle, Educación, asegurando el 4% del PIB, recibió una asignación de RD$129,873.7 millones (el 22.9% del gasto total del año). El Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT) recibió RD$11,814.8 millones (2.08%) y Salud, RD$62,527.6 millones (11.04%). Después del Ministerio de la Presidencia, el cuarto mayor receptor de presupuesto fue el Ministerio de Interior y Policía, con RD$33,577.6 millones asignados (5.93).

Pero hay ciertos indicadores que todavía revelan deterioros, precisamente en esas materias, algunos que quedaron reflejados en los desaciertos de República Dominicana frente a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que cerraron en 2015.

La Salud

En República Dominicana cada día mueren trece bebés con menos de 28 días de nacidos por causas prevenibles. El dato del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en su informe “Estado Mundial de la Infancia” sirve de alarma y muestra sobre cómo marcha el servicio de salud.

Dos de los ODM eran mejorar la salud materna y reducir la muerte de niños menores de 5 años. La mortalidad materna en el 1999 era de 121.6 muertes por cada 100 mil nacidos vivos y el 2015 cerró con un puntaje de 107 fallecimientos. Eso indica que en poco más de 15 años, el país solo redujo 14 puntos este aspecto y quedó lastimosamente lejos del objetivo 5 que era llevar a 47 fallecimientos maternos por cada 100 mil nacidos vivos. La meta de bajar las muertes infantiles tampoco se cumplió, cuando en 2014 cerramos con 35 muertes infantiles por cada mil nacidos vivos, cuando la idea era llegar a 20 fallecimientos.

Otro problema grave que República Dominicana lidera en la región se refiere a las adolescentes embarazadas. Unicef asegura que el país encabeza la lista de América Latina con la mayor cifra de embarazos y uniones tempranas de niñas por debajo de los quince años.

El Gobierno dominicano está inmerso en la reestructuración de los hospitales. De los 50 intervenidos hay 18 priorizados que no han sido culminados y se mantienen dando servicios en medio de evidentes precariedades, como la Maternidad La Altagracia y el hospital Cabral y Báez de Santiago. Y también está inmerso, con fines de mejorar el sector salud, en una reforma administrativa de los servicios de salud que ha implicado, con el Decreto 200-16 del pasado 13 de agosto, el traslado del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) al Servicio Nacional de Salud, que deja la operación de todos los establecimientos de salud del sector público en esa sola administración y gerencia.

Educación

Con Medina, es la primera vez en la historia de República Dominicana que a la educación preuniversitaria se la ha asignado el 4% del PIB. La cuota a la educación pasó entonces de RD$58,590 millones a RD$99,628 millones asignados en el 2013 y ahí comenzó un plan masivo de construcción de escuelas. A pesar de los esfuerzos en materia educativa, República Dominicana no se anotó una victoria al lograr la enseñanza primaria universal, que fue el segundo de los ODM, ahora convertidos en Objetivos de Desarrollo Sostenible, 2030. Para el 2015 todavía de 100 niños dominicanos, tres no ingresaban a la enseñanza primaria.

Otra muestra de cómo anda la educación dominicana fueron los recientes resultados de la prueba PISA (los estudiantes dominicanos quedaron en el último lugar, de un ranking de 72 países) que mide el dominio de los procesos y el entendimiento de los conceptos en las áreas de lectura, matemáticas y ciencias. Existe una generación de alumnos dominicanos que ha crecido con estas deficiencias y apenas ha experimentado cuatro años de 4% del PIB al sistema educativo, cuando éste se extiende por lo menos 14 años.

En este cuatrienio, el Gobierno enfocará su inversión en la formación de los docentes, en un nuevo currículo por competencias y la mejoría de la gestión de los centros educativos.
La Acción Empresarial para la Educación (Educa) presentó apenas en septiembre pasado un informe “Calidad del gasto educativo en la República Dominicana. Un análisis exploratorio desde la vigencia del 4%” que evaluaba la inversión del Gobierno en materia educativa. El análisis observó como un acierto que durante su primera gestión, Medina apostara por la inversión, ampliación y mejora de las edificaciones escolares, contribuyendo así a reducir en un 16% la sobrepoblación de aulas en las provincias. Aunque también resaltó las mejoras salariales de los maestros, de manera generalizada, advirtió que estos avances en cuestión de calidad salarial no se han traducido en una mejoría en los niveles de aprendizaje de los estudiantes.

La delincuencia no cesa

Las cifras del Gobierno demuestran que durante los últimos cuatro años las muertes por homicidio han descendido. Pero los homicidios “por delincuencia” no ha tenido el mismo comportamiento.

Los cinco informes del Observatorio de Seguridad Ciudadana de República Dominicana (OSC-RD), que reúne las estadísticas sobre muertes violentas, arrojan que desde el 2011 al 2015 han ocurrido 10 mil 264 homicidios, con una tendencia a la baja de 2,517 muertes en 2011 y 1,675 en el 2015. Si usamos los parámetros internacionales que usa el Gobierno para determinar el impacto de sus políticas, podemos concluir que las muertes por homicidio bajaron del 2012 entre 22 y 24 por 100 mil habitantes a 17 homicidios por 100 mil habitantes, en 2015.

Sin embargo, la delincuencia no registra bajas. En OSC-RD por este renglón se registraron 497 muertes en 2011. En 2012 esa cifra aumentó a 624. En el 2013 y 2014 hubo una reducción de 540 a 467, respectivamente. Pero en el 2015 hubo 516 muertes por delincuencia, 49 muertes más que el año anterior. De enero a septiembre de este año, han muerto 1,194 personas, 404 de ellas han sido a causa de la delincuencia.

Estos datos para miles de dominicanos son números sin sentido, pero no para los que han llorado la muerte de un ser querido a causa de un atraco por un celular. O los que en el mejor de los casos han cambiado su ruta para evitar calles oscuras y un delincuente. Porque en la “percepción” de la gente, nunca deja de aparecer en las encuestas la delincuencia como uno de los problemas más grandes que afecta a los dominicanos.

Cambiar al jefe de la Policía, remover sus cargos y llevar a las calles un patrullaje acompañado de militares son acciones revividas por el presidente Danilo Medina, que datan desde antes de su antecesor Leonel Fernández, cuando hace más de una década se enfrentaba a un escenario de delincuencia.

La Ley Orgánica de la Policía Nacional aprobada en julio y la implementación del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 911, que también funciona como vigilante de hechos delictivos son dos de las grandes apuestas para frenar la delincuencia que han visto la luz durante la gestión del presidente Medina.

El economista Pavel Isa Contreras cree que haber puesto en manos de la misma Policía la ejecución de la nueva ley policial es una condena al fracaso. “La Policía no será la que haga la reforma, porque hay demasiados intereses dentro, hay muchos grupos mafiosos adentro que bloquearán una reforma que si se hace correctamente afectarían sus propios intereses”.

Educación es la que más avanza de los renglones

El economista Pavel Isa Contreras advierte que los resultados de las iniciativas en educación, salud y la delincuencia no pueden ser palpados en un periodo de Gobierno, sino después de los cinco o seis años. Desde su punto de vista, de los tres renglones que aquí se evalúan, la educación es la que “más pudiera estar cambiando para bien”, y eso se debe al monto invertido. “En salud es mucho más difícil ver avances… Pasaron cuatro años en la administración de Medina y los resultados fueron muy reducidos, apenas un aumento en la cobertura en la seguridad social y el establecimiento del Servicio Nacional de Salud”, analiza. En el tema de la delincuencia, Isa Contreras muestra muy pocas esperanzas. Para él, tres indicadores sirven de parámetro para evaluar los proyectos puestos en marcha: la inversión, la efectividad de ese gasto y el cambio de políticas.

/EL CARIBE/.
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