OPINION:Cuando se pierde la autoridad moral…


Cuando este desbalance se da, empieza el derrotero hacia el caos, todo lo contrario a la meta trazada por toda sociedad de justa mentalidad, lo decimos por un sinnúmero de expresiones registradas en nuestra sociedad, la dominicana, con atracos, muertes entre ciudadanos y ciudadanas, desequilibrios en las oportunidades ciudadanas, en todos los sentidos; la protesta de familiares, amigos, ex policías y policías activos.

Protestas, nunca vistas en nuestro país, hasta donde quien suscribe tiene conocimiento, carrera de manifestaciones realizadas por policías que violan una disciplina de un cuerpo armado no categorizado como militar, que ha tenido toda su característica, mismo cuerpo represivo por demás, de todos los tiempos; el cuerpo social que ha servido para enfrentar los sectores poblacionales que en su momento han tratado de hacer valer los derechos que hoy a ellos les corresponde reclamar.

Culpables, los que han gobernado la nación, y principales los que la gobiernan hoy en día, donde la incapacidad de por ejemplo, policías, vivir con unos míseros alrededor de cinco mil pesos dominicanos mensuales, menos de doscientos dólares, llamado por un agente de la misma, “sueldo Cebolla”, porque como dijo histriónicamente, da ganas de llorar.

La desigualdad social imperante en nuestra sociedad, lleva a la población a mostrar todo tipo de conducta o reacciones, que no han sido propias; hasta el sentido de solidaridad se está expresando, cambiado en ella, lo vemos en la reacción de ciudadanos y ciudadanas que a pesar de que su solidaridad en eventos anteriores con Haití, como la del 12 de enero 2010, tras el terremoto que cegó la vida de más de trescientos mil humanos fueron de carácter religioso. Hoy con la desgracia del huracán Matthew, con incontables muertes humanas, al paso del gobierno dominicano hacia la capital vecina con una caravana vehicular con ayudas de todo tipo, siente uno un nivel de reticencia ciudadana, por las deudas sociales que al tropel vehicular dejan en nuestro llamado sur lejano ò profundo.

Esta falta, la vemos en los puentes sin hacer o reconstruir, en los canales no construidos o por construir, en la asistencia técnica y económica al hombre y sector productivo, vemos los amagues politiqueros de los funcionarios frente a

cosas tan simples como la trifurcación y el canal Lateral Neiba, vemos como el bombeo de don Juan en Neiba, por falta de un piso en la bomba deja morir la economía agrícola de la parte media y baja del pueblo, como por falta de una pala mecánica las aguas del río “el Manguito” se pierde por infiltración al llevarse la toma de aguas con la bajada del mismo con los aguaceros del huracán más reciente, los agricultores dicen “si llueve es malo, porque el rio se lleva la toma y nos quita el agua y si no llueve se disminuye mucho”.

La reticencia o inverosimilidad surge cuando vemos la incapacidad del estado de cumplir con nimiedades como las reparaciones de equipos de bombeo de aguas del subsuelo en Neiba, la resistencia a la mano bondadosa, en el caso, más que justificada, por el carácter solidario y porque es en la actualidad una inversión diplomática, nos llega cuando descubrimos, nosotros en persona, que a nombre del gobierno dominicano, a nombre del Instituto Agrario Dominicano y una asociación de hecho, de bolsillo, del señor Rodolfo acosta Recio, se violenta el parque nacional “la gran Sabana”, otrora zona de amortiguamiento del parque nacional “lago Enriquillo”, toma tierras nuestras y de otros ciudadanos más, con los cuartos del estado dominicano, y depreda manglares y bayahondales sin ningún escrùpulo y violando el derecho de propiedad, ¡Así no Danilo Medina”…

POR JOSÉ ANTONIO MATOS PEÑA



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