Hay muertos... y muertos.


Hay comentario que uno nunca quisiera escribir,para no herir los sentimientos de otra persona o se nos malinterprete.

Dice el Dalai Lama que la muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje. La muerte de un ser humano, en lo particular, me causa mucha tristeza.

En mi provincia, Barahona, fallecen anualmente ciudadanos ejemplares, hombres y mujeres de bien, con imborrables y significativos aportes al progreso de su municipio, pero muchas veces ningún comunicador o periodista se molesta siquiera en escribir una pequeña nota en su diario o blog noticioso para informar a la ciudadanía de aquel triste acontecimiento.

En cambio, muere el hijo de un funcionario o funcionaria, apenas en la etapa inicial de la vida, de pronto, con excepción de unos pocos, los blog de Barahona se llenan de notas,artículos y hasta editoriales sobre su muerte.

Porque escrito está “dad al Cesar lo del Cesar..." La Barahona que yo conocí solo está en mis recuerdos, la de ahora ha experimentado una metamorfosis, los antivalores han invadido todos los sectores, desde lo familiar, social, político y hasta cultural.

La pérdida de valores parte de la ignorancia. Me duele decirlo,me aterra ver en qué se está convirtiendo mi Barahona querida.

/FUENTE: DAVID BARAHONERO./

24 SEPTIEMBRE, 2016.-



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