OPINION: Afros, negritud y estereotipo racial en RD


El pelo crespo es denominado peyorativamente “pelo malo” o “mota” por el dominicano común, como parte de los nefastos estereotipos que hemos construido en torno a nuestra etnicidad. Pero muchas mujeres, en un aire libertario y contra-canon, exhiben su cabellera encarrujada desafiando los patrones estéticos instaurados en torno a la preferencia del pelo liso acicalado, como molde estético femenino.

Este discurso sesgado en torno a los cánones estéticos y la identidad es masivo. Estos días alcanzó notoriedad por la acción de la Ministra de Educación Superior del país, Doctora Ligia Amada Melo, quien en una infeliz reproducción de ese falso esquema fobioidentitario, agredió a una brillante joven profesional, negándole una beca de estudios de postgrado en el exterior, porque cuando fue a solicitar la beca acudió con su “afro” rizado.

La mujer agredida, graduada de Licenciatura en Ciencias Políticas de la UASD, hizo pública a través de las redes sociales digitales la agresión-discriminación a que fue sometida, y lo mínimo que la Ministra debió hacer es pedirles perdón a la joven y al país y presentar su renuncia al cargo. Fue una tamaña metida de pata de la anciana educadora. Le salió el racismo.

El prejuicio racial al interior de la familia dominicana es latente. Dizque en juego o broma al hijo mulato (de piel más oscura), los padres o tíos de cariño le dicen “haitiano”. También las parejas de esposos o novios, dizque “jugando”, si su piel es achocolatada, uno le dice al otro/a haitiano o haitiana. Pasa lo mismo en el colegio o la escuela pública, donde los compañeros llaman “haitiano” al más “oscuro” del salón de clase, dando lugar a un tipo de bullying. En los espacios laborales pasa igual, debiendo recibir todo tipo de bromas los servidores mulatos o negros.

También en la familia, al más achocolatado, en muchos casos se le regaña diciéndole: “ey, buen haitiano”, o a veces muy ríspido: “ey, maldito haitiano”. Esto se debe a que en el imaginario del sujeto dominicano, racialmente, negro es solo el inmigrante procedente de Haití, porque los dominicanos se asumen distantes de la negritud, no obstante el noventa por ciento de la población nacional ser mulato y/o negro.

El antihaitianismo fue erigido como ideología desde la tiranía trujillista hasta hoy. Este paradigma de prejuicio racial ha sido diseñado e instrumentalizado a través

de diferentes mecanismos de socialización: la escuela, los medios de comunicación, la iglesia, entre otros.

En los medios de comunicación y en la familia cada día es más fuerte el discurso cargado de estereotipos, lo cual porque genera odio y malquerencia.

Insisto, la negritud –al parecer- es nuestra herencia incómoda.

Por Rubén Moretal

El autor es Periodista y Profesor UASD.


9 AGOSTO, 2016.
Con tecnología de Blogger.