EDITORIAL EL CARIBE: --LA PAZ DEBE GANAR-, 26 AGOSTO, 2016


Colombia podría estar empezando a cerrar el capítulo de la violencia insurgente con el triunfo del presidente Juan Manuel Santos, opinó elCaribe el 16 de junio de 2014. Fue precisamente el proceso de negociación de la paz con las FARC el eje central de las elecciones que permitieron la continuación en el poder del presidente Santos.

Ganó la apuesta por la paz. Parecía obvio, porque después de 50 años de confrontación había que suponer que los colombianos estaban cansados de la violencia. Pero no era del todo así. Persiste un sentimiento de que a los guerrilleros no se les puede considerar ni tratar como políticos, sino como terroristas.


Pero el mundo ha cambiado, decíamos, para la misma guerrilla y para quienes gobiernan, al margen de que la insurgencia es un factor que no se podía aniquilar, y ante su actitud de deponer las armas, había que buscar una solución.

Ayer el presidente Santos le dijo al pueblo colombiano: “Como jefe de Estado y como comandante en jefe de nuestras fuerzas armadas he ordenado el cese al fuego definitivo con las FARC a partir de las cero horas del próximo lunes 29 de agosto... Se termina así el conflicto armado con las FARC”.

El anuncio de Santos es la culminación del acuerdo de paz negociado y finalmente firmado en Cuba esta semana. Es el medio menos costoso para saldar un conflicto que provocó la huida o reubicación de 5.5 millones de personas y no menos de 220 mil muertos durante 50 años.

Pero falta completar la obra. Santos se impuso una sanción popular a los acuerdos de La Habana, lo que es un riesgo. Tendrá que celebrarse un plebiscito de aprobación o rechazo. Es un acto de valentía. Si el resultado de las urnas le resulta adverso, podría tener consecuencias impredecibles.

El plebiscito está previsto para el 2 de octubre. Necesitará la aprobación de 4,5 millones de sufragios de los 35 millones de colombianos habilitados para votar.

Los defensores de la paz negociada en Colombia no se quieren imaginar un no al plebiscito. Sería devastador. Es la última apuesta por la paz de Colombia. La paz debe ganar.

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