¿Por qué no hemos encontrado una cura definitiva contra el cáncer?
JULIO 19, 2016: AFP. Quizás nunca la encontremos. Y es una mala noticia para todos, pues más de un tercio de las personas enfermarán de cáncer en algún momento de sus vidas. Muchas morirán. ¿Por qué, a pesar de los avances científicos en todos los campos relacionados con la medicina, el descubrimiento de un tratamiento decisivo es harto improbable?
Hace un par de semanas varios medios informaron sobre la prometedora investigación de un grupo de científicos alemanes, que podría abrir la puerta a una vacuna universal contra el cáncer. Los titulares repitieron la palabra “esperanza”. Realmente la necesitamos para seguir combatiendo un padecimiento que mata ocho millones de personas cada año en el mundo. Sin embargo, mejor no despertar frágiles ilusiones.
En el caso particular del estudio de la Universidad Johannes Gutenberg, como bien señaló PubMed Health, “resultados iniciales en tres pacientes, todos con el mismo tipo de cáncer, no indican si, en efecto, los investigadores han hallado el “Santo Grial” de una vacuna universal contra el cáncer.”
Algunos tipos de neoplasias malignas, identificadas por la región del cuerpo que atacan, han ganado triste renombre por su letalidad: pulmón, próstata, colon, estómago e hígado (entre los hombres), además de cuello de útero y senos entre las mujeres. Pero existen cientos, si no miles de variaciones, tantas que aspirar a una cura universal parece utópico.
Las células cancerígenas se multiplican siguiendo patrones que la comunidad científica aún no comprende. Los tumores se extienden de esa manera impredecible por su inherente inestabilidad genética, o sea, que dos células de un mismo carcinoma, por ejemplo, pueden tener un ADN diferente. Los investigadores llaman mutaciones a estas “versiones” del cáncer original.
Y ahí reside uno de los grandes retos para la ciencia. ¿Cómo atacar una enfermedad en extremo cambiante? En consecuencia, la mayoría de los tratamientos que consiguen destruir porciones del cáncer y llevar al paciente al estado de remisión, no borran por completo a las células malignas.
Las mutaciones explican en parte la resistencia a la quimioterapia y las radiaciones. Esas terapias también resultan inefectivas cuando las células madre del cáncer se esconden, evaden los medicamentos. Agazapadas en algún sitio del cuerpo, aguardan el momento propicio para iniciar su fatal reproducción.
La Organización Mundial de la Salud recomienda una dieta rica en frutas y vegetales para reducir las probabilidades de enfermar de cáncer (Mónica de Haro)
Discreto optimismo
Algunos expertos consideran que deberíamos concentrarnos en la prevención, en lugar de invertir tiempo y dinero en tratamientos. Uno de ellos, el británico Mel Greaves, declaró hace un tiempo a The Telegraph que “ninguna terapia funcionará a largo plazo porque los tumores continúan evolucionando como cualquier forma de vida.” El cáncer evoluciona, se adapta a nuestras estrategias para combatirlo a una velocidad que lo hace prácticamente invencible.
Evitar el hábito de fumar, mantener una dieta sana y hacer ejercicios con frecuencia, esa fórmula sencilla ha permitido reducir las tasas de cáncer, mas no lo suficiente. Greaves ha recomendado también el consumo regular de aspirina, en particular a los mayores de 50 años.
/EL NACIONAL/.