Mi mata-insectos y yo…
JUNIO 6, 2016: El mosquito, en sentido general, con sus más de 3 mil variedades en nuestro planeta, es culpable de innumerables enfermedades, y… probablemente causante de la mayor parte de muertes en el mundo nuestro, de las provocadas por animales e el líder; adicionándole a esto, invalideces, perturbaciones de sueños y descansos, daños económicos en ganados y demás crianzas en sentido general, con la secuela de dificultades y consecuencias generadas de éstas; de los mosquitos ò mosca pequeña, el Aedes Eayiptis es en estos tiempos el enemigo a vencer, el exterminador al que hay que exterminar, que hay que diezmar, “a trocha y mocha”, básicamente en nuestros pueblos de clima tropical, donde sus criaderos naturales, más los que el hombre en su descuidada e ingenua vida le dan cabida, convirtiendo cientos de miles o millones de hogares en nidos de reproducción de los mismos, en sus utensilios domésticos, desechos y profilaxis vegetales vivas o artificiales.
Las campañas, bastante alternas o inconsistentes contra los criaderos deben llegar a ser de las políticas institucionales permanentes de toda dependencia estatal, con cuya implementación debe culturizar a la parte privada y con ella a la ciudadadania; el asunto es que esta acción no puede tener vacaciones. Pero no es eso solamente, así como hay un ejército de Mosquitas, que busca por razones reproductivas la sangre, debe haber un ejército de humanos que le den respuesta a ese ejército, superior en número al nuestro, con inteligencia y avances técnicos.
Los animales, entre ellos la vaca, viene desde su nacimiento con un arma, que es su rabo (los campesinos dicen: “a la vaca bola, es decir sin rabo, el Diablo le espanta las moscas”), queriendo decir con esto que si no lo tiene, se las ingenia, se la lleva el pecucio. El hombre va teniendo otros, como el mosquitero, el repelente, y otros mecanismos más para que el saldo mortal sea contra el mosquito o mosquita y no contra nosotros.
A propósito de ingenio del hombre, hace un par de meses encontré a mi hermano Ahìn en su residencia de la capital con una Rasqueta proveida por dentro de un mecanismo electrónico, recargable, que provoca un alto voltaje, sin consecuencias malas para el operador, debido a su escaso amperaje, contra el mosquito, el cual queda achicharrado al pasar por los filamentos de unas mayas pequeñas; es el efecto similar al de un rayo eléctrico, pero en miniatura.
Este artefacto, no peligroso para el hombre, de manufactura China, al alcance de algunas tiendas del país, es una maravilla, la destrucción de mosquitos se da por decenas en una pasada de ida y vuelta en los rincones del hogar; tomé de inmediato un vehículo y compre algunos para regalárselos a amigos, con resultados similares al de mi hogar, los mosquitos se diezman por montones, aprendí con esto, que los mosquitos andan por trullas, que cuando avizoramos uno volando, no vemos los otros, y cuando pasamos la rasqueta, en su sonido y destellos de luces que experimenta el mismo al hacer arco eléctrico con el cuerpo del insecto; vale significar que no solo mata mosquitos, también cucarachas, curianas, moscas y demás pequeños, se da uno cuenta de que no era solo el que se veía, sino que detrás del visible habían 5,6 ò 7.
Por coincidencia, vi al llegar a casa de David Volquez, que él también empezaba a disfrutar de la tecnología, muy entusiasmado al ritmo de la eliminación de plagas en su hogar, tan satisfecho, que en un viaje hecho por nosotros a la playa San Rafael, llevó consigo su artefacto de protección de vida y salud, animemosno y combatamos el mosquito, esto se puede convertir en especie de hobby o entretención beneficiosa.
El amigo Rigoberto Cuevas en la comunidad de Los Ríos, Bahoruco, me cuenta que su hijo Dairon, de unos 15 años, no les da tregua en el hogar, sobre todo en las noches con una de las Rasquetas que le obsequiamos.
Estos comentarios, que pudieran parecer comerciales, no lo son, y están repletos de unas intenciones de que el dominicano tenga posibilidades de una mejor salud y tranquilidad y este artefacto, pudiera ser objeto de exenciones de impositivas, a fin de que su asequibilidad popular se haga una realidad.
POR JOSÉ ANTONIO MATOS PEÑA