COSAS DE QUÉ HABLAR: SOLO QUEDA EL SOLAR
En el lugar donde estuvo la residencia del señor Raúl Tavares, en la calle José Francisco Peña Gómez (antigua Uruguay), en la parte alta de la ciudad de Barahona, solo queda el solar. Se puede dar por seguro que muchas de las personas, incluyendo familiares, a las que el hoy difunto socorrió en momentos difíciles y ayudó económicamente, pasan frente al referido solar y ni siquiera se fijan en el. Para qué hacerlo ya. No vale la pena. No es un secreto para nadie que muchos barahoneros somos malagradecidos, olivándonos del dicho que reza: "El que no agradece es un desgraciado". En la apoteosis de Raúl Tavares, la residencia que estaba en el susodicho solar, era visitada por altas personalidades de la sociedad barahonera; religiosos, políticos funcionarios de los gobiernos de turno, altos oficiales de la Policía Nacional y las fuerzas Armadas, a las cuales Tavares les hacía grandes fiestas, servía costosos y deliciosos manjares, así como bebidas extranjeras de alto costo. Esos oportunistas, cuando Tavares cayó en mala, jamás se arrimaron por la vivienda en cuestión, incluso, según se habla, ni siquiera pasaban por el frente de la misma. Señores, estas son cosas de la vida. El caso de Raúl Tavares debe servir de ejemplo a otros adinerados locales, para evitar correr la misma suerte de Tavares, quien de raso del Ejército Nacional, se convirtió e una de las personas más poderosas e influyentes de Barahona. /NOTICIARIO BARAHONA/.