Trujillo, rayo salvador de la República para unos; genio del mal para otros ( 1 de 10)‏


Rafael Leonidas Trujillo Molina en el año 1924 cuando fue ascendido al grado de teniente coronel de la Policía Nacional Dominicana).


MAYO 19, 2016: Rafael Leonidas Trujillo Molina es, para algunos, un producto de las circunstancias, otros opinan que fue un agente formado en el arte de gobernar. Elemento circunstancial, o político bien preparado, el hecho es que “supo gobernar”, dijo en una ocasión el profesor Juan Bosch. Eso no significa que fuera un buen gobernante, como lo calificaban sus apologistas, pero tampoco que todo fue negativo en sus 31 años de ejercicio gubernamental. Trujillo resultó airoso en el desempeño de sus funciones lo que le permitió gravitar decisivamente en 31 años en los 117 de la vida republicana dominicana. Asumió la presidencia de la República en el 1930.

Previamente desarrolló una rutilante carrera militar tras su ingreso a la Guardia Nacional Dominicana en diciembre de 1918. Ese cuerpo armado fue creado por Estados Unidos durante la invasión de 1916 en el país.

Antes había sido telegrafista en su natal San Cristóbal y luego pasó a la oficina central en la capital. Uno de sus biógrafo, Ernesto Vega y Pagán, en su libro Historia de las Fuerzas Armadas, dice que la juventud de Trujillo “se deslizó en un período completamente anormal y de funestos presagios para su pueblo”.

Cita que los acontecimientos políticos de 1911; las estériles contiendas intestinas de 1912, cuando desapareció casi por completo el Batallón Ozama, enlutando a miles de hogares dominicanos, la Guerra Mundial de 1914; las ambiciones desmedidas del caudillismo dominicano, entre otras cosas fueron episodios que sucesivamente moldearon el carácter del joven Trujillo.

Vega y Pagán sostiene que esa situación engendró en el pecho de Trujillo “el firme y decidido propósito de dedicarse en cuerpo y alma al estudio y perfeccionamiento de las disciplinas militares”.

Trujillo solicitó su ingreso a la Guardia mediante una carta fechada el 9 de diciembre de 1918, dirigida a C. F. Williams, coronel comandante de la Guardia Nacional Dominicana.

El texto de la comunicación, firmada por Rafael L. Trujillo, es la siguiente: “El que suscribe, por su digno órgano, solicita un puesto de Oficial en la honrosa institución de la Guardia Nacional Dominicana.

“Con perdón de la modestia, debo significarle, que no poseo vicios de tomar bebidas alcohólicas ni de fumar y que no he sido sometido a Tribunales ni siquiera para asuntos de simple Policía.

“En mi pueblo natal, -San Cristóbal-, a 30 kilómetros de esta ciudad, he pertenecido y pertenezco a la primera sociedad y mi edad es 27 años, de estado casado.

“En San Cristóbal pueden dar testimonio de mis costumbres y maneras de conducirme, personas honorables y en esta capital, los señores Rafael A. Perdomo, Juez de Instrucción de la Primera Circunscripción, Eugenio A. Alvarez, Secretario del Juzgado de Primera Instancia y Lic. Armando Rodríguez, Consultor Jurídico de la Secretaría de Estado de Justicia e Instrucción Pública”.

Sin calificarlo un predestinado de la gloria, como hace Vega y Pagán, a través de la Guardia Trujillo entró con paso firme y seguro en el escenario político dominicano.

En el resultado médico a que fue sometido el 15 de diciembre de 1918, se indica la fecha de nacimiento, 1891; ocupación actual, empleado; altura, 67 pulgadas; peso, 126; color, blanco; visión, derecha 20/20, izquierda 20/20; oídos, derecho, normal, izquierdo normal; circunferencia del cuerpo, 31; expandido, 34 1/2. En el dorso del formulario se indicaba que el joven Trujillo tenía “un lunar” en el antebrazo derecho y “una mancha en un ojo”.

La admisión en la Guardia fue el 18 de diciembre de 1918, siendo designado segundo tendiente. Cuando Trujillo solicitó su ingreso a la Guardia era jefe de guarda campestres en el Central Boca Chica.

Vega y Pagán decía que Trujillo tenía “porte distinguido, elegancia, hombría y de presencia imponente que causa respeto y admiración con tan solo verlo”.

Su formación militar la adquirió en la Escuela Militar de Haina, creada por la ocupación militar estadounidense el 15 de agosto de 1921.

Trujillo fue uno de los primeros 25 segundos tenientes escogidos para ingresar a esa escuela.
Según Vega y Pagán, Trujillo obtuvo una de las más altas calificaciones en la academia.

UN APUNTE

Nota del autor

Esta serie de trabajos tratará temas sensibles como violaciones a los derechos humanos y otros casos de la dictadura de Trujillo. Entiendo que también hay que destacar lo positivo del régimen, porque uno no trabaja para el rencor, sino para ayudar a un cambio colectivo de mentalidad que tenga que ver con una salida política. /El Nacionañ/.

HECTOR MINAYA
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