La Muerte de la Agricultura en San Juan‏


Las actividades agropecuarias viven su peor crisis debido a la prolongada sequía, la falta de planificación, ataque de plagas,  escaso financiamiento, ausencia de trasferencia tecnológica,  falta de asesoría técnica, carencia de visión empresarial en la siembra y gestión de predios y hatos ganaderos, falta de agro-investigación científica, inseguridad en los mercados, la trepidante migración rural-urbana, hipoteca de los predios, entre otros factores.

El campo se encuentra desolado a pesar del discurso oficial que pretende magnificar supuestos logros en la zona rural del Valle de San Juan, a través del Plan de Reconversión Agrícola, que al decir de los líderes locales del sector solo ha sido un recurso mediático, una poesía, una gran ficción.

El gobierno de Danilo Medina casi ha agotado su periodo gubernativo, sin que los agricultores del Valle de San Juan, el segundo en tamaño y siembra agrícola del país, evidencien mejoría en su hostil situación.Esto se demuestra en que las actividades agrícolas tradicionales presentan una reducción que supera el 50%.  De 450 mil tareas con vocación agrícola que tiene el valle sureño apenas se están sembrando entre 100 a 150 mil tareas.

El gobierno prometió instalar un millón de metros cuadrados de invernaderos a fin de inducir una agricultura bajo ambiente controlado, proyecto que tendría financiamiento externo con el aval de agencias gubernamentales del sector agropecuario.  Todo se ha quedado en promesa.

La migración rural-urbana es una acción provocada por el desaliento reinante entre los hombres del campo, quienes son expulsados a las ciudades a conducir un motoconcho o las  mujeres a alquilarse como domesticas en residencias y familias de la clase media.

Para revertir la muerte del campo sanjuanero se prometió una rimbombante panacea: el

Plan de Reconversión Agrícola del Valle.¿En qué consistiría dicho plan? Se trata de una iniciativa natimuerta del gobierno con seis componentes: 1. El fortalecimiento de la asociatividad de los productores, 2. Tecnología de riego, 3. Manejo post cosecha, 4. Instalación de invernaderos y casa malla, 5. Construcción de infraestructura y caminos vecinales, 6. Transporte y mecanización de todas las actividades del valle.

Se enfatizó que el proyecto responde a la Estrategia Nacional de Desarrollo 2010-2030 del país, en el marco del tercer eje estratégico que propugna por una economía articulada, innovadora y ambientalmente sostenible, con una estructura productiva que genera conocimiento alto y sostenible con empleo decente y se inserta de forma competitiva en la economía global.

Respecto a la organización de los productores, la reconversión contempla el fomento de nuevas asociaciones y el fortalecimiento de las juntas de regantes existentes, así como la capacitación para mejorar y racionalizar el uso de suelo y agua, en coordinación con las asociaciones de productores agrícolas y comunitarias.

Para el manejo post cosecha, se proyectaba instalar 10 centros de acopio y empacadoras con cuartos fríos, elementos esenciales para las operaciones de exportación de productos agrícolas.

En cuanto a la producción bajo ambiente controlado, en el Valle de San Juan se construirán un millón de metros cuadrados de infraestructura de invernaderos y se instalarán 300 mil metros cuadrados de infraestructura de casas malla.

Asimismo, la eficiencia del sistema de riego contemplaba el mantenimiento, construcción y reconstrucción de 106 kilómetros de canales principales, 183 de bermas principales y 83 de drenes principales, así como la dotación de tecnología de riego presurizado para 64 mil tareas.

El proyecto también incluye el mantenimiento, construcción y reconstrucción de 341 kilómetros de caminos productivos tipo A, 106.40 de caminos tipo B y 7 kilómetros de caminos tipo C, para un total de 454.40 kilómetros de caminos a ser intervenidos.

Con relación a la modernización de la maquinaria agrícola, se iban a  adquirir rastras, tractores, sembradoras, abonadoras, trilladoras, cosechadoras, asperjadoras y tractores para las asperjadoras, entre otros.

Ninguno de esos componentes se ha cristalizado, de ahí la aguda crisis que vive el campo local.

Hoy el desempleo en  San Juan es alarmante: Un 53% de la población económicamente activa está ociosa, debido a que la agricultura es la principal actividad económica impulsora del empleo y ante su decaimiento, la mitad de la población está “sin dar un golpe”.

La provincia pudiera ser escenario de movimientos sociales que presionaran para revertir la lacerante adversidad socio-económica que ha echado por el suelo la producción agrícola local.  Sin dudas, se puede concluir que el campo sanjuanero ha muerto.

Por Rubén Moreta

El autor es Profesor UASD.

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