Un Califa en Barahona‏


ABRIL 22, 2016: Vaya sorpresa, eso sí que no me lo esperaba. En un momento que la humanidad llora por la destrucción de las ruinas antiguas de la ciudad de Palmira en Siria,  entre ellas, el Arco del Triunfo, el Templo de Bel, el templo de Baalshamin,la famosa estatua del León de al-Lat y todas las estatuas del museo de esa  ciudad, por ese engendro incondicional de la CIA y del Mossad,llamado Estado Islámico,de buenas a primera aparece en Barahona un gilipolla cristiano  queriendo emular al líder de ese grupo, el triste y celebre Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado califa y guardián de la moral y las buenas costumbres.

Me resultó chocante y hasta un poco ofensivo ver fotos en los blogs de Barahona de unos individuos tapando la obra callejera de un joven artista de la  diáspora con pintura negra, algo similar a lo que ocurre en Mosul (Irak) o Raqqa (en Siria), donde el Estado Islámico ha borrado joyas artísticas con pintura  de ese color. Todo los murales y obras de artes eróticos callejeros de esas ciudades del Medio Oriente desaparecieron para siempre, porque para ese grupo de  fanáticos religiosos, esas pinturas solo representaban "pinturas obscenas" o pornográfías de los infieles y degenerados.

Para los que no conocen mucho sobre el Islam y los musulmanes, les explico que el título de califa es el equivalente (en esa religión abrahamica), a un líder  social, moral y espiritual del islam sunita y sucesor del profeta Mahoma, algo así, pero con algunas diferencias, como lo es el papa Francisco en la Iglesia  Católica.

En el califato, solo el califa podía decidir lo que era bueno o malo para los ciudadanos. Ese personaje, por vías pocos ortodoxas, hacía cumplir los  implacables edictos de las cortes de la sharia que censuraba, en nombre de Alá, la desnudez artisitica, era un fanático cuyo principal objetivo era  mantener oprimida y en el oscurantismo a la sociedad por medio de la religión.

Toda censura tiene su repercusión social y su crítica. Las preguntas que nos viene de inmediato a la mente cuando repasamos lo sucedido con la obra de ese  barahonero, pintada en una pared donde aparece una mujer acostada, semidesnuda y con las piernas separadas, es qué autoridad tiene ese "califa" para borrar  un patrimonio de la ciudad.

¿Cuál es la influencia que tiene ese religioso en lo social y politico en la comunidad de Barahona? ¿Cómo es posible que ese "califa" borrara una obra de arte  callejero subvencionada con el dinero de los contribuyentes y ande tan campante por la calle? Esa pintura fue financiada con el dinero suyo y el mío, el  dinero del Impuesto Sobre la Renta que nos deduce el Estado para financiar el arte y la cultura.

Estas y otras preguntas más podrían formularse, pero lo que en verdad preocupa es que no escucho ni veo por ningún lado declaraciones de protestas de algún  funcionario competente o de la oposición politica condenando la actitud desaprensiva de ese "califa",y mucho menos que el ayuntamiento o la fiscalía lo haya  sometido a la justicia.

El desnudo artitistico no es obscenos y mucho menos pornográfico. En la pintura, el desnudo artístico es símbolo de pureza y divinidad (basta con apreciar la  Maja desnuda de Goya o las obras de Lucian Freud, muy aprecidas por los coleccionistas), porque para escritoras como Alejandra Val Cubero, es la manera más  refinada de hablar de la belleza, de la sensualidad y de los valores supremos.

En una democracia no hay razones para tolerar ni defender la censura, venga de donde venga. La censura es regresiva para la misma democracia.

Ahora bien ¿Desde cuándo Barahona tiene un califa que decide lo que se debe y no se debe pintar en las paredes de mi ciudad?

Por David Ramírez

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