OPINION: El pastor Fleming y su miedo al mundo de lo abstracto‏



 ABRIL 26, 2016: Es probable que el pastor Fleming conozca muy bien la Biblia. Es posible, por ejemplo, que se hubiera inspirado para su acción de censura en el primer mandamiento de Moisés, en el cual Yahveh le recuerda a Israel que solo a él deben honrar, y prohíbe la construcción de imágenes para adorar. No dice nada, aunque algunas ramas del cristianismo así lo interpretan, de las imágenes artísticas, no representativas de divinidad o poderío. El mandato prohíbe la idolatría, no la representación artística.

El pueblo de Israel venía de Egipto, tierra politeísta en la cual las imágenes divinas estaban asociadas al poder. Era claro que Moisés, interpretando a Dios, quería una alianza alrededor de la existencia de un solo Dios, y por ende deja poco margen a la interpretación al elegir el primer mandamiento para que esto quedara grabado en piedra: no adorar imágenes divinas; pero si así fuera ¿por qué tiene el pastor selfies de sí mismo en su página de Facebook?.


Quizá tuvo otra motivación. Digamos que el pastor Fleming le tiene miedo a la representación de las sirenas; después de todo, esos seres representaban metafóricamente la seducción de los marinos, que atraídos por sus canciones encallaban bajo sus embrujos. Esas pinturas quizá eran en su interpretación demasiado sensuales, diabólicas, peligrosas y muy pecaminosas. ¿Quién es uno para rebatirle esa lectura a un pastor que difunde la palabra de Dios?.

El objeto abstracto, la obra de arte, sin importar la intención del artista, necesita de un espectador que la complete. Quizá, el pastor en su cosmovisión religiosa no tiene otra manera de interpretar un cuerpo de mujer. Aún fuera para él y para todo el mundo la única interpretación posible, ¿qué derecho tiene el pastor a imponer su lectura a todos los demás?.

El viaje de la interpretación artística pasa casi siempre por terrenos difíciles que exigen tolerancia, espíritu libre, capacidad de emoción inteligente, deseos de comprender al otro y que requieren acercarse a un lenguaje distinto al de nuestras tiranías cotidianas. Y eso no sé si tiene pastor Fleming (sensibilidad artística) no solo porque decidió borrar pacífica y cristianamente(!) los referidos murales, sino porque en su sustitución convirtió a Jesús en una marca, carente de reverencia ni respeto por su divinidad. Así de vulgar fue, que la imagen “Jesús” igual podía haber sido la de un candidato local; porque arte no hubo. Y es que ahí está lo peor en quienes censuran (nunca podremos persuadirlos de que su causa no es legítima) que además de intolerantes, suelen tener muy mal gusto.

/PERIODICO HOY/

POR JOSÉ MANUEL GUZMÁN IBARRA
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