La máquina o el hombre!!!


Las elecciones del 15 de mayo próximo están siendo planificada por los órganos de competencia con un importante grado de uso de los equipos computacionales, de medio de difusión de informaciones, más la maravilla de la época denominada “la internet”; todos estos mecanismo de acopio de datos, conteos y demás usos modernos facilitan y mejoran grandemente toda actividad humana y fraccionan en pequeños espacios de tiempo la tardanza que en su ausencia durarían. Perfecto, todo su uso nos acercan a épocas y estadios de desarrollos de dimensiones inconmensurables, pero la máquina es máquina, y nada más que eso, ella no piensa, a lo mejor no siente ni padece, a decir de un eminente catedrático universitario que nos impartió la materia de “programación de computadoras”, por allá por los años 1976 ò 77 si mal no recuerdo, (la computadora es la cosa más bruta que ustedes pueden conocer, a ella hay que decirle lo que tiene que hacer y en el idioma que ella entienda).


En esa tesitura podemos agregar que la máquina o herramienta moderna tiene mecanismos internos de trabajos que no pueden ser vistos ni vigilados con absoluta garantía y control del hombre común, no!!, a su mecanismo interno llega su creador o aquel que domine sus puntos de obediencia, por tanto, ella garantiza velocidad y exactitudes rápidas de sumas y multiplicaciones, pero no asequibilidad de los delegados y personal que representan los intereses que en el caso que nos ocupa amerita.

La energía eléctrica o las ondas señalizadoras de su interconexión, son otras racionalidades a tomar en cuenta, recordemos que vivimos en una nación que a pesar de los pesares y gastos supernumerarios en electricidad, la misma no es garantía para nada ni para nadie, inclusive, la señal de redes, sea por WI FI o por internet por cable se presta a debilidades e inconsistencia en la conectividad, algo esto, que quita o puede diezmar buena parte de la gran celeridad esgrimida.

Hemos sido presidente y secretario de mesas electorales de nuestra comunidad natal Neiba, en diferentes ocasiones; nacimos además, en un hogar donde se respiró la política prácticamente las 24 horas del día, con decirles que en mi hogar conocí al profesor Juan Bosch con apenas 8 años de edad, mi padre fue candidato a senador del PRD en todas las elecciones celebradas desde el 20 de diciembre del 1962 al 16 de mayo 1982 y en toda esa

experiencia vimos de todo, desde el apagón producido en la mesa electoral de la escuelita de Cachón Seco (al lado de Dora) en las elecciones del 1966, hasta el alegado apagón cibernético de 11 segundos en las elecciones del año 2012, donde al resurgir las señales y su conectividad los resultados vinieron diferentes, es lo que he oído y no me extrañó.

Las autoridades electorales saben francamente a que nos estamos refiriendo, cuando damos la voz de alarma en cuanto a la prevalecencia de la máquina al hombre, que los equipos y medios de información electrónicas deben servir, hasta estos tiempos, en estos estadios de desarrollo de la democracia, como apoyo, para difundir con rapidez, los trabajos del hombre y la mujer, que es lo mismo; en cada colegio electoral, los cuales son diseñados por ese poder electoral, en tamaños manejables por el personal, que los dirige una agrupación entrenada y representativa, solo en la capacidad física y manual, cuyos resultados, debidamente firmados y distribuidos, dan fe de lo acontecido, por esos mecanismos deben ser difundidos. Por algo, en los materiales de trabajos de cada mesa electoral van desde Máquina calculadora, libretas, lápices de carbón, linternas, pilas, velas y fósforos.

La Junta Electoral debe entender la crisis de credibilidad que se puede producir en un pueblo como el nuestro, calificado de Chivo, que debe manejarse con la claridad que indica la prudencia, y ésta, la prudencia, manda a oír nuestro consejo, un pensamiento español reza: “entre dos hermanos, dos testigos y un notario”… La oposición debe oponerse desde ya a que en el escrutinio electoral próximo, ¡la máquina se sobreponga al hombre!...


POR JOSE ANTONIO MATOS PEÑA.
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