Excúseme de nuevo
ABRIL 20, 2016: Contrario a Miguel Vargas, que hizo todo lo posible, y hasta lo imposible, para que el candidato de su partido, Hipólito Mejía, no ganara las elecciones del 2012, el expresidente Leonel Fernández se ha montado en la patana de la reelección de Danilo Medina con un entusiasmo patético y lamentable.
Lo de Miguel Vargas es perfectamente comprensible a partir de su escasa o nula formación política y su interés por los negocios personales no importa que al país se le esté llevando el diablo, como en efecto ocurre.
Lo de Leonel Fernández, en cambio, no tiene explicación lógica si analizamos su último discurso sobre los peligros que encierra la reelección para la democracia del país, por tratarse de un “conceptualizador” calificado por sus aláteres como un intelectual, abogado y político profesional que ha sido tres veces presidente de la República.
Leonel se opuso a la reelección de Danilo Medina con argumentos bastante solidos durante un discurso a todo el país el 25 de mayo del 2015 que parecía marcar en el Partido de la Liberación Dominicana un antes y un después, o trazaba “la raya de Pizarro”. (Ustedes por aquí, yo por allá asumiendo los riesgos y las consecuencias)
El ex mandatario hizo una breve reseña de su rechazo a modificar la Carta Magna para beneficio propio; luego hablo sobre la necesidad de un referéndum dándole el pueblo, como lo establece la propia Ley, el poder de decidir sobre la reelección presidencial. Advirtió sobre los peligros de una reelección en las circunstancias en que Danilo pretendía hacerlo. ¡Y lo hizo!
“Nunca temamos al pueblo. Dejemos que el pueblo hable. Así lo manda nuestra Constitución”, dijo Leonel. Significa pues, que la candidatura de Danilo debió ser rechazada por la Junta Central Electoral por inconstitucional. No entiendo cómo puede entonces Leonel subirse en la patana de la ilegalidad y el desconocimiento de la Constitución que él mismo parió.
“Sin Constitución no hay patria. Sin Constitución no hay nación; no hay familia. Sin Constitución todos nuestros derechos son desconocidos. Sin Constitución podemos ser esclavizados, tratados sin dignidad, sin respeto, sin honor. Sin Constitución, sencillamente, no existimos”.
“Por eso debemos conocer, respetar y honrar nuestra Constitución. Sólo ella nos protege contra la arbitrariedad, el despotismo, la tiranía y la opresión”, dijo Leonel.
El país sabe que para imponer la reelección Danilo compró el Comité Central y el Comité Político del PLD, más adelante el Congreso, pero antes, para descalificar al propio Leonel, le montó una millonaria campaña mediática con las acusaciones de Quirino vinculado al crimen organizado y al narcotráfico, impidiéndole ser candidato.
En su discurso Leonelaseguró que el proyecto de reelección “no ofrece, por sí solo, suficientes garantías ni seguridad jurídica en el sentido de que la reforma que se quiere hacer en la actualidad, no volverá a repetirse en el futuro”.
Para Leonel, aprobar la reelección como se aprobó, “sería sumamente peligroso para el porvenir de nuestro pueblo. Sería nefasto. Sería catastrófico, ya que dejaría las posibilidades abiertas para que en la posteridad surja algún aventurero que modifique de nuevo la Constitución (¿Quién más aventurero que Danilo?) otra esta vez para establecer la reelección indefinida, e intentar perpetuarse en el poder”.
Y añadió: “Así tendríamos el Trujillo del siglo XXl, que vendría a cercenar nuestra libertades, a mutilar nuestra dignidad y a truncar nuestro porvenir como pueblo.”
“Eso no lo podemos permitir. La historia condenaría a nuestra generación como irresponsable, irreflexiva e insensata, pues advirtiendo el peligro y la amenaza que significaba para el futuro de nuestra democracia, de nuestra sociedad y de nuestras familias, no tuvimos el valor de alzar nuestra voz y actuar en consecuencia”, dijo Leonel que terminó su discurso citando al apóstol cubano José Martí hablando de dignidad y decoro.
Excúseme de nuevo, doctor Leonel Fernández, pero no entiendo como usted, después de haberse expresado en esos términos sobre la reelección y sobre los peligros que ella entraña para el pueblo dominicano y su débil democracia, se haya montado en la patana del continuismo promoviendo al posible Trujillo de este siglo. No lo entiendo, excúseme de nuevo. (¿?)
Leonel parece atrapado en sus propias redes de poder. Es el presidente (nominal por lo menos) de un partido que contribuyó a su desnaturalización envileciéndolo y enajenándolo de los principios que le dieron origen y razón de ser. Ahora no puede romper sus lazos con esa organización por temor, ignorando que cuando Bosch abandonó las filas del PRD siendo su líder y jefe, para formar el PLD, tenía 67 años de edad. (Recuerdo la fábula Maoísta del “viento tonto que removió la montaña”)
Excúseme de nuevo presidente, pero no podía guardar silencio viéndolo a usted en la patana inconstitucional e ilegal de la reelección que usted mismo criticó y condenó por los peligros que encierra para la democracia, la libertad y la justicia. Si sus palabras son proféticas, si se cumple su temor, si de verdad surge la dictadura que usted prevé, si vuelve Trujillo con todas sus consecuencias nefasta, usted será responsable. La historia no lo absolverá como a Fidel Castro. ¡Excúseme de nuevo!
Por: JUAN T H
EL AUTOR es periodista y abogado. Reside en Santo Domingo