Pedernales, un muro laboral flexible‏


La inmigración ilegal, principalmente haitiana, hacia la República Dominicana, se ha convertido en uno de nuestros mayores problemas.  Las condiciones de vida de nuestros vecinos, en su propio país, son sumamente precarias.  Con el agravante de que se deterioran mucho más a medidas que pasa el tiempo.

Los haitianos, buscando mejoras, huyen hacia los lugares donde creen podrían encontrarlas.  Pues como dijo  Simón Bolívar; “El primer deber de todo lo que existe es seguir existiendo”,  Nuestros vecinos no son la excepción.  Por desgracia para los dominicanos, el lugar más accesible donde ellos pueden conseguir un mejor cambio de vida es la República Dominicana.

El anuncio del señor Presidente Licenciado Danilo Medina, del inicio, por mucho tiempo anhelado, de los trabajos para el desarrollo turístico e industrial de Pedernales y con ellos de toda la región Enriquillo, podría convertirse en el tubo de ensayo para una regularización real y efectiva de los inmigrantes ilegales haitianos en nuestro país.

La principal meta del  “Capitalismo salvaje” es conseguir la mayor cantidad de beneficios económicos con la menor inversión posible.  Esto se puede lograr de diversas formas,  pero la más socorrida es tratar de conseguir mano de obra barata.

Con la desordenada población de inmigrantes haitianos, nuestros terratenientes e industriales,  por muchos años, han tenido a su alcance ese tipo de mano de obra de forma abundante y se han acostumbrado a ella.  A tal punto, que algunos de nuestros empresarios, principalmente los dedicados a la agricultura y la construcción, se han atrevido a expresar que sin esta fuerza laboral ellos no son competitivos.  Nada más alejado de la verdad.

Lo que sí estamos seguros sucedería es, que pagando sueldos justos y todos los beneficios de las leyes laborales dominicanas como son, entre otros, seguro de salud, pagos de días de fiestas, vacaciones, ausencias por embarazos, etc.  Conseguirían una mano de obra más calificada y consecuentemente, mejorarían la competitividad.

En este Mega proyecto de la región Enriquillo, se podría emplear mano de obra de ciudadanos haitianos, pero, para aquellos que no tienen un estatus legal en nuestro país sería necesario regularizarlos con una visa temporal de trabajo.  Asi adquirirían un estatus legal con lo cual tendrían acceso a todos los derechos laborales y sus beneficios, lo que evitaría que los inescrupulosos lo exploten.

Esto permitiría que ciudadanos haitianos residentes en Anse A Pitres, localizada a  dos kilómetros y medio del centro de la ciudad de Pedernales, puedan venir diariamente a nuestro país, completar su horario  de trabajo, regresar al final de la jornada y vivir una rutinaria vida, en su propio ambiente, con su familia sin ningún tipo de traumas.

El mayor deseo de la diáspora en todo el mundo, el caso haitiano no es la excepción, es regresar a su país de origen y si usted lo puede hacer diariamente, como  sería el caso de nuestros vecinos, sería lo ideal.            Esta solución podría replicarse a lo largo de los 376 kilómetros de nuestra frontera.

Comercialmente esto se ha venido haciendo por muchos años sin mayores inconvenientes.  El mercado binacional que se celebra cada lunes y viernes en las ciudades dominicanas de Jimaní y Dajabón, permite que ciudadanos haitianos vengan a hacer sus negocios en territorio dominicano y al final de la jornada comercial, regresan a su país sin ningún tipo de problemas.

¡Manos a la obra!

Por: CARLOS McCOY

EL AUTOR reside en Nueva York.
Pedernales, un muro laboral flexible
carlosmccoyguzman@gmail.com


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