IMPEDIMENTA

 

“Bagaje que acarrea la tropa y que impide la celeridad en la marcha y en las operaciones militares”.    

La palabra ‘impedimenta’ designa a un gran volumen de bagaje o equipaje en que uno lleva todo lo necesario para subsistir y en origen designa al bagaje que solían llevar los soldados de un ejército en sus movimientos. Se trata de un término técnico militar tomado del vocabulario técnico militar de los romanos.

Aunque usamos el término como femenino, en latín impedimenta (las cosas que traban u obstaculizan una marcha, en el ejército, bagaje de un soldado), era un neutro plural de impedimentum (lo que impide, lo que traba, embarazo), voz formada con el sufijo instrumental-resultativo -mentum sobre la raíz del verbo impedire (poner trabas a los pies, meter los pies en grilletes o trabas, obstaculizar, impedir), compuesto de in-

(dirección al interior) y una variante vulgar de la palabra pes, pedis (pie) que es pedia, y que como pedĭcae, se refería a los grilletes o ataduras de los pies.

De ahí también impedimento e impedir, así como impedancia(resistencia u oposición de un circuito eléctrico al paso de una corriente cuando se aplica una tensión). –Tomado de Etimología Chile-.

El sistema político dominicano actual, cumpliendo ya medio siglo (1966-2016), actuando como una coalición tripartita con sus respectivos satélites, ha demostrado -en hecho y resultado- ser una IMPEDIMENTA para el desarrollo integral de la nación dominicana. No hay que abundar ni redundar en lo evidente que se advierte y denuncia cada día en variados escenarios de la vida nacional.

Cincuenta años, en términos políticos, son dos generaciones. Popularmente se dice que “a

la tercera, la vencida”, pero República Dominicana no soportará 25 años adicionales (otra generación), dentro de este sistema, para esperar ver el país en condiciones correctas.

Como sociedad nos han degradado y seguimos involucionando. Y para colmo, ya alcanzamos una deuda pública consolidada de casi 36,000 millones de dólares que engulle el 49% del Presupuesto Nacional y sigue incrementándose como una centrífuga financiera, cubriendo déficits año tras año.

Esto implica menos recursos para salud, seguridad ciudadana, empleos dignos, transporte, inversión… En educación proyectamos una asimetría: sin formación familiar en valores, comportamiento cívico y disciplina de la más elemental, la juventud dominicana está expuesta a los antivalores que ya padece y que evidenciamos como conductas ‘normales’, muchas con características delincuenciales. Ya se ha escrito en abundancia sobre estos temas. Están las estadísticas, los testimonios, los hechos.

La sociedad dominicana, y esto incluye sus poderes fácticos, pudiera reflexionar y evaluar vías para replantear esta IMPEDIMENTA o, de otro modo, continuar el mismo derrotero esperando avances reales que no se concretan a fondo. Exhibimos un bienestar apoyado en préstamos y un consumismo irracional. Los beneficiados, de alguna u otra forma, del sistema, son los voceros triunfalistas del ‘optimismo dominicano’. Una burbuja alimentada por espejismos.

Existen dos ejemplos contrastantes a República Dominicana en los pasados 40 años: Taiwán y Chile. ¿Qué hicieron bien? Respondiendo ridículamente simple: Lo contrario a lo que hemos hecho nosotros en esas cuatro décadas. En algunas áreas mostramos figuras alentadoras. Sólo en el 2015, República Dominicana recibió sobre los 4,500 millones de dólares en remesas y superó los 5 millones de turistas. Presenta un auge en la construcción y las telecomunicaciones. Son motivos de optimismo, si no se empañara con los lastres sociales que no logramos rebasar.

La IMPEDIMENTA dominicana tiene nombres y apellidos. Sus plataformas han sido las tres estructuras políticas dominantes desde 1966: PRSC, PRD y PLD. Sumados a los movimientos rémoras de reconocida laxitud ética. Cientos de miles de dominicanos(as) han sido beneficiados dentro del sistema. Pero, en contraste, millones pagan las consecuencias del ‘negocio de la política’; la derivación del quehacer político criollo.

Sentimos y soportamos una sensación de caos generalizado sin dolientes.

La IMPEDIMENTA militar es obligatoria, pues son pertrechos, suministros, equipos y material bélico, etc., requeridos para operar. Digamos entonces que es, como expresión táctica, ‘un mal necesario’. En la política tripartita dominicana, si vemos que ésta no conduce a logros sociales apreciables en tiempo razonable, ella misma se convierte en IMPEDIMENTA. Pero, a diferencia del concepto aplicado a la milicia, es uno negativo en cualquier acepción del término. Y en consecuencia, si queremos como sociedad avanzar hacia un pleno desarrollo material y humano, es lógico que esta IMPEDIMENTA deba ser emplazada para un período de correctivos al sistema mismo. A ese período podríamos aplicarle la expresión latina ‘ordo ab chaos’ (orden fuera del caos).

POR AGUSTIN PEROZO

perozoagustin@gmail.com


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