Al Triunfo de Judith
Así se titula un poema de Lope de Vega, incluido en Rimas Humanas, en el Siglo XVII. Sus versos son alegóricos a la gran valentía de una virtuosa mujer que -según La Biblia- se convirtió en heroína de su pueblo.
Una mujer hermosa, decidida, educada y conocedora de su poder de seducción, aparece justo cuando muchos de sus compueblanos están a punto de rendirse, ante el miedo de morir de hambre y sed.
Ella se presenta ante el Consejo de Ancianos y les reclama que hayan perdido la Fe y les recuerda que no hay que perder la Esperanza.
Judith pide a Dios la fuerza necesaria para ser instrumento de liberación: “Escuchadme. Yo me propongo realizar una hazaña que se recordará de generación en generación entre los hijos de nuestra raza” (Jud 8, 32).
La acción emprendida por Judith era una de las más difíciles de llevar a cabo: recurrir al engaño, la mentira, la seducción y cortarle la cabeza al opresor de su Pueblo. Era una solución demasiado drástica, contraria a la Moral, a la Ética y a los Principios. Al acometerla, violentaba la Ley Universal de la Vida, aquel quinto mandamiento divino entregado a través de Moisés: “No matarás”.
Pero, en esa época, varios siglos Antes de Cristo, y bajo circunstancias de opresión extrema, la encrucijada en la que ella estaba era: o arrebatarle la vida a la representación del mal, al opresor, o ver morir de hambre y sed a su Pueblo, acorralado bajo el cruel yugo de la tiranía que había ya bloqueado la ciudad y cortado el suministro de agua.
Judith tuvo que elegir entre dos males, el menor.
Gracias a la acción atrevida y aguerrida de Judith, a su astucia, sacrificio y entrega, su Pueblo se declaró victorioso. Ella es ensalzada como heroína y entonces “se retira de nuevo a su vida tranquila y sin sobresaltos, pero antes entona un cántico de gracias a Dios que le ha dado fuerzas para llevar a cabo tamaña acción”.
Judith fue ungida para cumplir un propósito específico: Liberar al Pueblo.
Según este relato bíblico, Judith vivió más de cien años, contando con el respeto y estima de su gente; y “en sus días, y por mucho tiempo después de su muerte, no hubo nadie que infundiese temor…” (Jud 16, 30).
Judith en el Siglo XXI
Mi cuñada, Judith Valdez, esposa de mi hermano Nicolás, ha decidido incursionar en la Política, postulándose a Vice Alcaldesa para la ciudad de Moca.
Aunque en junio del año 2014 hice pública mi decisión de desligarme de la política partidaria y apostar a otras formas de servir a mi Pueblo, apoyo la valiente decisión de mi cuñada.
Como he manifestado anteriormente, sigo anhelando la creación de mejores oportunidades para una mayor participación de la mujer en la Administración del Estado.
Le doy mi voto de confianza porque conozco a Judith desde hace 30 años; y sé que es una persona con una gran capacidad gerencial, trabajadora, organizada, decidida, fuerte, perseverante, estudiosa, práctica, enfocada en las soluciones, clara en sus convicciones y con una férrea voluntad de defender los mejores intereses de su Pueblo.
Esto ha sido evidente, durante su trayectoria de 20 años en los medios de comunicación, donde la hemos visto esforzándose día a día por empoderar a la gente, para que nos decidamos a ser conscientes y hacer valer nuestros derechos como ciudadanos.
Judith se ha preparado académica y profesionalmente. Es Ingeniera Civil, graduada de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra; Locutora, y con una Maestría en Administración de Empresas.
Además, Judith es Facilitadora Internacional como voluntaria de la “AFS Intercultural Programs”, “una organización educativa internacional, sin fines de lucro, que proporciona oportunidades de aprendizaje intercultural para ayudar a las personas a desarrollar los conocimientos, competencias y comprensión necesarios para crear un mundo más justo y pacífico”.
Es momento de Sanar, de Construir, Mejorar, Crecer y que sean los más sabios de nuestra sociedad, los que ocupen los cargos públicos.
Considero que Judith, por su preparación, capacidad y voluntad, se convierte en la Vice Alcaldesa idónea para representar a su Pueblo, al que tanto ha defendido. Y qué mejor forma de hacerlo que desde adentro, desde la Administración misma del Estado; y al lado de un Médico, dispuesto y capaz, para curar a Moca.
Ahora Sí, Judith.
POR MELBA GRULLON UBIÑAS
@melbagrullon
http://melbagrullon.blogspot.com/