Lago Enriquillo baja y el Azuei sube...
Con una reducción de 9 centímetros en su nivel encontramos, al lago Enriquillo, el pasado viernes 19 de febrero 2016, de los cuales, 3 pertenecen a los primeros días del año 2016, contados del 30-12-2015 al 14-1-2016 y los otros 6 centímetros corresponden al tiempo transcurrido del 14-1-2016 al 19-2-2016. Con esta reducción, sumada a los 140 que bajó en todo el año 2015, más 109 que bajó en el año 2014 y los 28 centímetros que bajó en el año 2013, el Enriquillo totaliza una sumatoria de 286 centímetros de reducción vertical en los últimos 3 años y algunos días transcurridos.
Mientras que el lago Azuei, que bajó 88 centímetros de nivel en el pasado año 2015, inicia el año 2016 con una subida vertical de 3 centímetros, contados del 30-12-2015 al 19-2-2016. Lo que indica, una vez más, que estos dos lagos, de diferentes tamaños y niveles con relación al nivel medio del mar, se comportan de modo diferente, a pesar de que comparten el mismo árido y cruel ambiente.
Estos dos lagos sufrieron una fuerte variación en su contenido en los últimos años, los cuales han tenido un factor particular en su aceleración, el Azuei, lo obtuvo con el cambio sufrido por el Arroyo o río Soleil, a partir de las fuertes lluvias iniciadas el 24 de mayo 2004 (cayeron en menos de 12 horas 280 litros por metro cuadrado de aguas) y el Enriquillo con la modificación sufrida por los destinos de las aguas del río Yaque del Sur, río San Juan y sus afluentes, de las cuales, al dejar de fluir a la Bahía de Neiba, por el Aliviadero de Canoa, el 75% de ellas, para ir a parar al hogar del lago Enriquillo, enclavado en la parte más profunda de la isla y la región.
Nos encontramos en días pasados con el Maestro Isaías Zorrilla en una de las calles de Neiba, y al conversar, noté que sigue con la confusión de darle todos los méritos de la crecida del Enriquillo al cambio climático, al cual le ripostamos con la negativa, ya que el clima cambia, y produce cambios, los cuales afectan a todo y en todos los órdenes, no siendo siempre los protagonistas locales, los tiempos de lluvias o sequias se incrementan, sus efectos se pudieran magnificar o modificar según el comportamiento del hombre, y el lago no es la excepción, veamos si la siguiente comparación se entiende: “una casa de madera es sometida a un relativo elevado calentamiento, sus maderas resecas adquieren la propensión al incendio; el hombre llega e imprudentemente enciende una
fogata, sin la mínima prudencia, lo descuida, se va y regresa, encontrando que el viento movió las llamas inadecuadas, encendiendo la casa”, ¿puede atribuirse la debacles a la sequia y calentamiento?, ¡NO!, pudo haberse quemado sola la casa por el calentamiento?, probablemente no!, ella pudo haber resistido hasta llegar las lluvias o las sombras de la noche, todo dependió del mal comportamiento del hombre básicamente.
El Enriquillo fue objeto de las circunstancias de un período húmedo, el deseo de un funcionario y un gobierno que dijo en Barahona, año 2007, que las aguas del Yaque no volverían al mar Caribe, más adelante, llegan las tormentas Noel, Olga, huracán Tomás, Sandy e Isaac, entre otros, llevando los tres temporales, de ellas, el 75% de las aguas que debían haber descargado en el mar, hablamos del porcentaje correspondiente a más de seis mil millones de metros cúbicos de aguas; ¿Cómo aguantaba eso?, tenía que crecer, adquiriendo por ese concepto, 23 metros más de nivel, y cerca de 200 mil kilómetros cuadrados más de espejo de aguas…. ¡Repetimos!!!