Prefiero una soledad digna a una falsa compañía‏


Puede que también tú sepas lo que es vivir con una falsa compañía. Hay personas que se priorizan a ellas mismas, que buscan intereses propios y que no siempre practican la sinceridad o la autenticidad.

Y ello, sin duda, duele y nos trae efectos secundarios.

Nuestras relaciones sociales y afectivas no siempre son como pensábamos en un principio. No obstante, una mala experiencia no debe hacernos dejar de confiar, ni dejar de creer en la nobleza y la autenticidad de las personas.

Por otro lado, también sabemos que una de las sensaciones más desoladoras que existen es sentir la soledad estando al lado de la persona que amamos. De ahí que, en ocasiones, haya quien enfatice o defienda eso de “es preferible una soledad digna a una falsa compañía”.

Te invitamos a reflexionar sobre ello.
El dolor de experimentar una falsa compañía

Hay un aspecto que deberíamos definir: las relaciones infelices no siempre se basan en que alguno de los dos ofrezca una falsa compañía o que demuestre actitudes egoístas o limitantes.

Hay quien “no sabe amar”, hay quien no entiende qué es compartir, qué es atender a la pareja y qué es cuidar de los detalles de un compromiso que debe incentivarse cada día y en los pequeños momentos.

Existen personalidades con carencias afectivas y falta de inteligencia emocional que, aun queriendo a su pareja, lo único que consiguen es ofrecer vacíos, infelicidad y, por supuesto, soledad.

Todo ello hace que podamos sentir que la otra persona nos ofrece una falsa compañía cuando, en realidad, lo que hay es una falta de madurez afectiva que también ocasiona una alta sensación de infelicidad.

Por otro lado, también es cierto que hay perfiles capaces de construir un falso compromiso que solo busca intereses propios, seas cuales sean:

Evitar su propia soledad al precio que sea y con quien sea.
Formalizar una relación por interés económico o por una aspiración social.

Existen personas capaces de iniciar una relación solo para sentirse amado, cuidado y atendido, sin intención de ofrecer a la pareja lo mismo que recibe.

Percibir que vivimos un día a día basado en desigualdades continuas, ahí donde solo hay una parte que invierte, que se preocupa y que atiende mientras que la otra únicamente espera “recibir” aboca a la relación a un inevitable fracaso.

Lo mejor en estos casos es saber reaccionar a tiempo. No es recomendable mantener estas situaciones de sufrimiento inútil.

Si tenemos claro que la situación no va a mejorar y que la otra persona no da el paso hacia ese cambio donde ambos se puedan beneficiar, es necesario responder y alejarnos si hace falta.

Es preferible una soledad íntegra a una compañía dolorosa

No lo dudes: la soledad siempre será preferible a la compañía de alguien que vulnera nuestra persona, nuestra autoestima y nuestro equilibrio.

No tengas miedo a la soledad

Existen muchas personas que tienen un miedo abismal a estar solos. Esto se debe, en ocasiones, a esa visión social negativa que se tiene de la soledad, como si fuera un fracaso o un estigma.

No tener pareja no es un fracaso. No es necesario estar comprometido para ser feliz, ni es una obligación contar con un compañero o compañera para ser bien visto socialmente. Es algo que debemos tener claro.

Si nosotros mismos no somos felices primero de forma individual, es muy difícil que lleguemos a serlo siendo pareja.

Es más, la soledad es un estado pleno y lleno de equilibrio que nos puede permitir crecer como personas, reorganizar nuestra vida, madurar y alcanzar también muchos sueños y objetivos.

No hay que tener miedo a la soledad: lo que hay que temer es a una vida, o a vivir una vida junto a alguien que nos la amargue.

La vida es muy corta para vivir los planes de otra persona

Piensa que lo más importante en esta vida es estar bien con nosotros mismos y alcanzar la felicidad de la forma que más nos complazca, ya sea en soledad, en pareja, o como deseemos.

No permitas que nadie te diga cómo debes vivir tu vida, ni que te recomiende de qué modo debes ser feliz. Vivir es elegir con libertad, asumir errores e iniciar nuevos proyectos.

No pongas tu felicidad en los bolsillos de otra persona. Construye en pareja, permite que la relación sea cosa de dos y no de uno. Construid un proyecto en común donde nadie pierda o salga herido.

Si percibes que tu vida está basada solo en las elecciones, decisiones y mandatos de otra persona, reacciona. Tarde o temprano llegará la frustración personal y la infelicidad. /dominicanosHoy/.
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