VIDEO: No esperábamos tanto‏

 
Una nueva escuela en cualquier localidad de nuestro país transforma la vida de sus vecinos y vecinas. Su construcción dinamiza la economía local y la jornada escolar extendida eleva los ingresos de las familias y la cantidad de horas de clase.

En Villa Nueva, Villa Altagracia, fue exactamente eso lo que sucedió con la construcción de la escuela para Básica e Inicial.

Víctor Manuel Reinoso (Niño) había emigrado a Miches detrás de un empleo para mantener a su familia. Al enterarse de que el gobierno iba a construir una escuela, su esposa lo llama, “Niño arranca para acá”, le dice. Se presentaba la oportunidad de volver, de trabajar cerca de su familia.

Y así fue.

Niño pintó la escuela. 13 mil pesos mensuales ganó, cuenta satisfecho. “Esa escuela es nuestra, de la comunidad. Los que trabajamos en ella pusimos más cuidado, porque es nuestra”.

Songa Figueroa es otra vecina. “Esto ha sido una bendición de Dios, asegura. No esperábamos tanto. Yo me ahorro 300 pesos diarios, como pobres que somos”.

“Lo que el esposo mío me da para la comida, yo me lo economizo, reconoce Altagracia Félix, vecina de Songa.

La construcción de la escuela trajo además el asfaltado de las calles del barrio. “Ahora los pies duran un tiempo más limpios”, asegura y no es broma, porque antes era un polvazo.

Con la Revolución Educativa construimos una patria dominicana más digna y más nuestra. Más feliz, también.

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