OPINION: El arranque fronterizo‏





Con el primer picazo del Piloto Zona 1, en Ouanaminthe (Juana Méndez) en los terrenos donde opera Codevi, la exitosa operación del Grupo M, de la familia Capellán, que emplean a más de siete mil personas, se emprende un camino de progreso, ampliamente beneficioso para ambos pueblos, que requiere del apoyo decidido de los gobiernos de ambos países.

Aunque la economía dominicana ha mantenido una ruta de crecimiento indetenible, no está aportando los empleos para recibir a los jóvenes que se incorporan todos los años al numeroso ejército de desocupados, lo que empuja mucho a las puertas fatales del narcotráfico y la delincuencia, pero como al otro lado de la isla la situación es peor, se mantiene el flujo de una presión migratoria que precariza las condiciones laborales.

El Consejo Económico Binacional Quisqueya parte de la premisa de que la mayoría de la población de ambos países se sitúa bajo los 25 años de edad, “lo que implica una duplicación de la fuerza laboral en las próximas décadas, representando un  gran reto al crecimiento sostenible de ambas naciones”

Entienden que “para lograr incrementar la calidad de vida de los habitantes de ambos países se deben desarrollar iniciativas de inversión y desarrollo con alto niveles de creación de empleo y expansión del PIB”

Han planificado cuatro polos de desarrollo aprovechando las condiciones particulares de las zonas en ambos lados de la frontera. En el área donde se ha arrancado emulando la exitosa operación del Grupo M, operará la Zona 1, que estará dedicada al desarrollo industrial y logístico, aprovechando el Puerto de Manzanillo.

La Zona 2 que estará en la frontera entre Belladerie, Haití, y Comendador, Elías Piñas RD, se especializará en proyectos agrícolas; la tres entre Mal Passe y Jimaní recibirá inversiones en proyectos de generación y almacenaje de energía; y la cuatro entre Anse a Pitres y Pedernales, para proyectos turísticos y de eventos.

Que sea una iniciativa del sector privado evidencia que en ambos lados de la isla hay un empresariado dispuesto a romper barreras para incrementar la producción de riquezas, pero si los gobiernos de ambos países no colocan la voluntad política necesaria la idea puede quedarse a mitad de camino.

Por la parte dominicana encabezan los empresarios Juan B Vicini Lluberes y Fernando Capellán, y por Haití, Marc-Antonoine Acra y Jean Lucien Ligonde. El sector público está presente a través de la Comisión Mixta Bilateral, en la persona de los embajadores Roberto Martínez Villanueva, RD, y Regine Lamur, Haití.

Como socios estratégicos figuran Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Naciones Unidas, Unión Europea y Corporación Interamericana para el Financiamiento de Infraestructura.

Es hora de actuar y de hacerlo de forma planificada, ninguno de los dos países alcanzan el mejor provecho de una relación comercial caracterizada por la informalidad y la evasión, limitarse a contemplar solo nos hace testigos del agravamiento de la problemática social de ambas naciones.


Ese ha sido uno de los acontecimientos más esperanzadores del año que se despide, ojalá que la ilusión permanezca.

POR JULIO MARTINEZ POSO

EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.

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