Sepultan en Barahona motoconchista asesinado este jueves en la noche
EN BARAHONA, (República Dominicana): En medio de llanto y dolor de amigos y familiares, fueron sepultados la tarde de este viernes en el cementerio municipal "Don Américo Melo Andujar", los restos mortales del motoconchista Carlos Gabriel Espinosa (Tatara), quien fue asesinado a tiros por desconocidos en el área de las instalaciones del Instituto Nacional de Estabilización de Precios (INESPRE), del barrio Enriquillo de esta ciudad.
Tatara, de 29 años, quien residía en la calle Luis Peláez Méndez esquina Sánchez, frente a la cancha deportiva del barrio Savica, en la parte alta de la población, murió a causa de dos disparos, uno de los cuales le penetró por la región lumbar con salida por la pelvis.
Tatara, de 29 años, quien residía en la calle Luis Peláez Méndez esquina Sánchez, frente a la cancha deportiva del barrio Savica, en la parte alta de la población, murió a causa de dos disparos, uno de los cuales le penetró por la región lumbar con salida por la pelvis.
Este, a las 9:40 minutos de la noche de este jueves montó un pasajero en el barrio Savica con destino al sector Enriquillo, pero cuando regresaba fue interceptado por elementos desconocidos que intentaron despojarlo de la motocicleta que conducía, cosa que no lograron porque este rápidamente aceleró la marcha del vehiculo de dos ruedas.
Fue en este momento que los desconocidos le dispararon logrando impactarlo con dos balazos, por lo que fue recogido por otros o motoconchistas que lo condujeron ene segado grave al hospital Jaime donde expiró.
Los familiares de Tatara, trataron de sepultar su cadáver en horas de la mañana debido a que comenzaba a presentar signos de descomposición, pero los amigos allí presentes se opusieron, acción que se repitió a eso de la una de la tarde con los mismos resultados.
Pero a eso de las tres, los amigos presentes en el velatorio del motoconchista acordaron con los familiares darle cristiana sepultura.
El cortejo fúnebre partió de la residencia de Tatara y tras recorrer varias calles de la ciudad con el féretro que contenía su cadáver, se enfiló hacia el cementerio, donde pasadas las cuatro de la tarde, fue sepultado.
Durante el velatorio los amigos del hoy occiso hicieron sonar música variada, incluyendo reguetón, salsa y rancheras en las voz de Antonio Aguilar.
POR JUAN FCO. MATOS