Vandalismo Profanan miles de tumbas; roban metales de ataúdes‏


EN SANTO DOMINGO: En un azote se ha convertido el destrozo de tumbas que hay en muchos cementerios municipales donde miles de nichos han sido destruidos y se calcula que más del 90% de ellos han sido profanados por delincuentes que muchas veces las desploman para sustraer metales.

Por la falta de seguridad y el abandono, los camposantos constituyen un antro de delincuentes que mantienen en zozobra y atemorizados a los deudos, con la destrucción de panteones y ataúdes, en busca de  metales que venden a precios irrisorios.

Frente a la macabra acción, muchas familias están desenterrando sus muertos para llevarlos a camposantos privados.
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Destrozo

El drama más crítico está en los cementerios de las avenidas Máximo Gómez y San Vicente de Los Mina, donde más del 90% de las tumbas han sido violadas por falta de seguridad y por el abandono en que se encuentra.

El de la Máximo Gómez es utilizado para cometer todo tipo de acciones macabras, desde saqueo de tumbas hasta desmantelamiento de vehículos robados, según deudos atemorizados por el terror imperante en el lugar.

En ese cementerio más del 90% de las tumbas están violadas, para robarles puerta, ataúdes, varilla, y manubrios de ataúdes.

Los profanadores han roto casi todas las tumbas en busca de metales y para sacarles las varillas a los nichos.

Hay algunas que han sido profanadas decenas de veces, como es el caso de la tumba de la familia Peña Cornielle, donde los ladrones se han llevado hasta los velones.

Ya los deudos no pueden llevar caja de velones para dejarlos en las ermitas, porque se los roban.

Muchos panteones son destruidos para llevarse las varillas, que luego venden a los compradores de metales.

Trabajadores aducen que en ese cementerio hay un violador de tumbas reincidente y que cuando lo llevan al departamento de la Fiscalía en Villa Juana, lo ponen de inmediato en libertad, por lo que creen que actúa en contubernio con autoridades.

Quejas

Esta semana Richard Nadal se llevó la triste sorpresa de que cuando fue a visitar la tumba de su esposa que murió hace cuatro meses, ya los ladrones le habían desplomado el plato, en busca de metal.

“No sabemos lo que vamos a hacer con esta delincuencia que hay aquí con los ladrones rompiendo la tumbas de nuestros seres queridos. ¿Cómo es posible que en un cementerio como este solo envíen dos o tres seguridad?, se quejó Nadal.

Entiende que en vez de la seguridad quedarse en la puerta del cementerio, lo que debe es recorrer los caminos del camposanto para ahuyentar delincuentes.

“Yo estaba pensando ponerle una lona a esa tumba, pero no lo puedo hacer porque desde que la ponga se la llevan”, dijo Nadal.

Los deudos solicitaron al Ayuntamiento del Distrito Nacional reforzar la vigilancia del cementerio, ya que según ellos, está plagado de un grupito de delincuentes.

El Nacional visitó la administración del Cementerio Máximo Gómez, pero no fue posible contactar a su representante para que explique la causa del abandono del camposanto.

La delincuencia en los cementerios ha reducido significativamente la visita de familiares, ya que temen ser atracados.

Además de exponerse a la delincuencia, son asediados desde que llegan por buscones que insistentemente le ofertan sus servicios.

Muy pocas tumbas han quedado ilesas de los saqueos.

Acción macabra



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