El sintecho que se graduó en Harvard y que fue compañero del presidente de la Corte Suprema de de EEUU‏


En 1979, era uno de los alumnos más brillantes de Harvard. En 2015, todas sus pertenencias caben en una bolsa de plástico. Ahora está en la cárcel, pero quiso dejar claro en el juzgado que estaba licenciado.

Seguro que el juez Thomas Motley no esperaba la respuesta que recibió del hombre que estaba ante él, a punto de recibir sentencia. Era un sinhogar de estómago súper abultado –que sobresalía de sus pantalones–, y con una toalla sucia enroscada a modo de turbante en la cabeza. De ella asomaban mechones de pelo largo que se enredaban con descuidada barba.


"Soy abogado. Y presté mi juramento como abogado en 1979, cuando me gradué en la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard", dijo con voz seria y grave, tal y como exigía tamaña declaración.

El juez Motley se dio cuenta de que el mendigo ya había murmurado que era abogado cuando había entrado en la sala pero, como estaba diagnosticado como esquizofrénico, no le había prestado atención. Pero ahí estaba Alfred Postell, diciendo que se había graduado en Harvard en el año que el propio juez Motley lo había hecho. Habían sido de la misma promoción y habían tirado sus birretes juntos. Es más, habían compartido clase con John Glover Roberts, Jr., el actual presidente de la Corte Suprema de los Estados Unidos, la máxima figura judicial del país.

Y entonces, debajo de esa maraña de pelo cano y barba reconoció al hombre con el que había compartido varias clases. Solo que entonces, Postell llevaba un pequeño bigote, pesaba un tercio y tenía fama de ser el alumno más talentoso de su promoción. Años más tarde, la esquizofrenia se adueñó de su mente y de su razón y terminó con él en la calle; sin hogar, sin futuro y sin profesión.

"Señor Postell, me acuerdo de usted", dijo el juez Motley con la misma seriedad y gravedad.

Ahora, todas las pertenencias de la persona a la que se le auguró un gran futuro caben en una bolsa de plástico que siempre mantiene a su lado. Es fácil encontrar a Postell en Washington porque siempre está en el mismo punto: en la intersección de la calle 17 y la 1. A veces, si hace frío, duerme en la iglesia. Y otras veces, dentro de edificios privados. Justamente por eso estaba en el juzgado: le pillaron durmiendo dentro de una oficina de Washington y le denunciaron a la policía.

El juez Motley no quiso conceder ninguna entrevista después de este fortuito y triste encuentro en el juzgado. Respecto a la sentencia, dijo lacónicamente: "No tuve opción". Así que mandó a su antiguo compañero de clase de vuelta a la cárcel hasta que la acusación que hay contra él se resuelva./YAHOO.ES/-
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