EL MAL HUMOR SE FUE AL CARAJO‏


Este sábado en la mañana amanecí de muy mal humor.  Dos borrachos pasaron la noche entera cantando y contando sus travesuras sentados en la acera frente a la casa donde resido, en el sector Savica de Barahona. Todavía a las siete de la mañana los dos alambiques estaban en su apogeo, por lo que me levanté con ganas de  reventarlos con un tubo que tenía en mano.  Pero antes de salir a la calle, sentí un pataleo en el patio. Abrí rápidamente la puerta trasera, y tremenda sorpresa me llevé. Varias de mis palomas tomaban un baño en una cubeta que le tengo siempre dispuesta para tales fines. Al notar a mis mansos animalitos, que por cierto,  se asean muy temprano, me concentré en ellos. Resultado: El mal humor que tenía por culpa del can de los dos borrachos se fue al carajo. Dios usó como instrumento a las palomas para que  yo no agrediera a los dos bebedores, de lo que le estoy muy agradecido.
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