OPINIÓN: Alianzas, pactos y espantos
Como han pasado las cosas en materia de reforma constitucional y maniobras para alianzas entre políticos, a los que no somos de ese mundo nos han dado un cursillo especial para que olvidemos lo que se llama “trabajos de perspectivas” o de posibles escenarios en el quehacer político nacional. “Nuestros líderes” no son predecibles y no sé si eso es bueno o malo.
Después de esa famosa reunión del Comité Político del PLD del 19 de abril el ejercicio de la política en nuestro país ha dado un giro que podría duplicar, si existiera esa posibilidad, los 360 grados. Creo que uno de los clásicos del marxismo, si es que todavía se puede hablar de estos pensadores, decía que en política las condiciones subjetivas podrían variar en un segundo lo que correspondía a 10 años y viceversa.
Pero lo que ha pasado aquí, no hay una persona “que coma con sal” que lo haya previsto. Ver a Danilo y a Leonel encabezar un acuerdo de unanimidad después de los debates post 19 de abril y a menos de 48 horas de ese discurso de barricada de Fernández en el que se declaraba protector de la Constitución, es un hecho para el espanto. Lo que ya no sería nada, cuando se ven los detalles de una alianza entre el Partido de la Liberación Dominicana y el Partido Revolucionario Dominicano y que según está previsto lo incluye todo.
Esta carta, que no creo que nadie podía saber que “estaba debajo de cualquiera de las mangas de estos líderes”, no produjo infartos a ciudadanos de nuestro país “porque después de tantas cosas” nadie se va a morir porque otro quiera. Pero ver al PRD y al PLD unidos, aliados cuando apenas hace tres años “eran fieras endiabladas” en la lucha por alcanzar el Palacio Nacional, no es “paja de coco”. Para muchas personas que dan seguimiento a estos acontecimientos, en sus cabezas debe haber tremendo embrollo, más si siguen pensando que como decía nuestro Juan Pablo Duarte: “La política no es una especulación; es la ciencia más pura y la más digna, después de la Filosofía, de ocupar las inteligencias nobles”. ¿Qué le parece?.
POR LITO SANTANA