Fidelidad política
En el mundo de la política encontrar personas fieles a proyectos y lineamientos políticos se ha tronado un poco difícil de ver y de mantener. El arte la conveniencia, como muchos han definido esta rama del quehacer humano, pone a pruebas constantemente a sus ejecutores, por lo cual unos se mantienen y otros se van.
Ser fiel a una corriente, a un proyecto, a una ideología política dentro de un partido, para un partido o para con un dirigente de cualquier organización es hoy uno de los más escasos valores políticos que existen por los constantes cambios que sufren los partidos y sobre todo por las adecuaciones al tiempo y el espacio a que son sometidos estos, pero que muchos vemos con gran admiración cuando esta fidelidad se da.
Ser fiel a una corriente, a un proyecto, a una ideología política dentro de un partido, para un partido o para con un dirigente de cualquier organización es hoy uno de los más escasos valores políticos que existen por los constantes cambios que sufren los partidos y sobre todo por las adecuaciones al tiempo y el espacio a que son sometidos estos, pero que muchos vemos con gran admiración cuando esta fidelidad se da.
Cuando el presidente Danilo Medina apenas iniciaba su proyecto político pocos eran los que hablan de su persona y de su potencial presidencial dentro del Partido de la Liberación dominicana (PLD), al estar todos imbuidos en el liderazgo de reinante de Leonel Fernández. Pocos creíamos que Danilo podía redoblar el concepto de gobierno soñado por el profesor Juan Bosch, guardando los tiempos y espacios, de hacer desde la administración publica lo que realmente necesitaba la gente.
Recuerdo que cuando me encontraba en una calle cualquiera de mi ciudad de Barahona con el hoy dirigente nacional Alberto Peláez Andino este siempre me hablaba del proyecto de Danilo Medina como uno de los más viables, como el hombre que podía acercar a la militancia del partido al gobierno y hacer un gobierno distinto, al cual solo le decía: “es un buen estratega, pero no es su tiempo” porque yo también estaba pujando en otro proyecto.
Alberto Peláez, aquel joven que desde palacio dijeron que se paso de contento cuando fue el primero en referirse a la respotulacion del hoy presidente cuando este a penas llevaba un año de gobierno, se mantuvo, aun Danilo salir del gobierno en la primera administración de Leonel, visitando su oficina personal y estrechando sus lazos con el hoy presidente en sus momentos difíciles cuando todos creían que este se había tirado al vacío, tras sufrir una derrota interna frente a Leonel. Peláez camino y recorrió el país visitando dirigentes, llevándoles el mensaje de la propuesta de Medina, fiel a su proyecto, gestando con él el camino seguro de una administración que ha dado su fruto.
La fidelidad al proyecto de Danilo Medina demostrada por Alberto, no se puede verse solo hoy cuando se recogen los frutos, sino que hay que admirarla desde cuando algunos creían que esta era un lanzamiento al vacío, porque se entendía que Danilo no alcanzaría su objetivo. Hay que verla desde lente del mantenimiento de la misma en estos tiempos que hasta por un abrazo cualquiera se vira y por un puesto ni Félix Sánchez lo alcanzaría.
Si en la administración pública se premiara la fidelidad, si Danilo no tuviera tantos compromisos contraídos, aunque creo que todavía hay tiempo o más aun para su nueva administración, a Alberto Peláez hay tomarlo en cuenta, no para cargos o decretos, y si llevan bienvenidos sean, sino para con su reconocimiento demostrar que aun en estos tiempos, donde los interés más que los políticos predominan, la fidelidad política es un valor partidario que debemos preservar.
Por Hidalgo Rocha
El autor es Abogado y comunicador