CUANDO LAS GARZAS LE TIRAN A LAS ESCOPETAS.‏


En ir y venir de los procesos políticos uno se encuentra con muchas situaciones que por la naturaleza pacifica propia de las personas civilizadas y decentes (como en efecto lo soy) dejamos pasar por alto, ignorando a quienes de una manera interesada y muy mal sana se atreven a agredir mediante epítetos descalificativos, calumnias y otros métodos propios de las personas con resentimientos sociales y frustraciones.

Particularmente yo he sido en determinadas oportunidades victima de esos ataques;  a mis amigos cercano siempre les digo que no les respondan porque nada tiene más luz que la verdad, que la sombra que quieran echar sobre nuestra persona será vencida por la luz ya que los hijos de las tinieblas están condenados a vivir una vida llena de tormentos y Dios a sus hijos  nunca los desampara, por eso yo siempre camino derecho.

Sin embargo no puedo hoy hacer uso de ese principio que tanto profeso ya que hace poco vi como una persona carente de toda integridad moral se atrevió a proferir un sin fin de calumnias descalificativas sobre una mujer a la que el pueblo conoce su vida austera y su integridad moral. Rudy Méndez (Ñiñin), es una persona que no hace más que trabajar día y noche, que no se da calidad de vida y cuyo único pecado es servirles a los ciudadanos y ciudadanas de esta provincia.

Ñiñin tiene tres hijos, el primero es militar y gana ocho mil pesos RD$8,000. El segundo trabaja de ocho de la noche a ocho de la mañana en un call center y la tercera solo estudia.

Ninguno de sus hijos han sido preso por droga, el pasado de ella no es cuestionable, nadie la puede tildar de moral cuestionada porque ha sido una persona transparente en todo el accionar de su vida.

Tenemos conocimiento de que una persona frustrada se dedica a querer cuestionar con calumnias infames a quien no se puede cuestionar. Persona de la cual existe documentación de constante acoso sexual a empleadas que ha tenido bajo su mando, que cuando le ha tocado manejar recursos e instituciones el nepotismo ha sido su referente.

 Pero en el mundo de cabeza las garzas le tiran a las escopetas y los inmorales que en Barahona muchos conocen cuestionan la integridad de alguien como Ñiñin, que solo procura hacer el bien sin importar a quien.

Por Ilianov Méndez
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