Baní: radiografía social y política...
Para analizar el escenario local no es necesario acudir a sociólogos, politólogos o profesionales de la conducta humana. Asistimos a un cuadro socio-político permeado por factores que reproducen una cadena de males que se constituyen en retrancas para el progreso.
Los llamados líderes locales, -los que se autodefinen dirigentes comunitarios-, una vez se erigen como defensores del pueblo, sacan sus garras de políticos, buscando posiciones electivas en el Estado, dejando el sabor amargo de la frustración en segmentos importantes de una población que -en su momento- creyó en la firmeza de sus ideas y en la seriedad de sus propuestas. Hoy Baní no cuenta con líderes comunitarios auténtico, separados de la casta de políticos responsables del atraso y la marginalidad que nos asalta.
El pueblo banilejo, el mismo que aplaudió el resurgir de grupos, juntas de vecinos y federaciones comunitarias, advierte con preocupación, que el fin primario de muchos dirigentes comunitarios, es simplemente engancharse en el tren del Estado para seguir las huellas de quienes nos han defraudo.
Del mismo lado, sin líneas divisorias, están los predestinados de la política, los que no han podido unirse para impulsar el desarrollo de nuestra provincia. Esos que pregonan en la antesala de los procesos electorales que están para defender al pueblo y pasan cuatro, ocho y hasta 15 años en las posiciones públicas y se aferran a uñas y dientes al poder, a pesar de sus debilidades en el ejercicio de sus funciones. Esos mismos funcionarios, que no han podido conformar el consejo de desarrollo provincial, se están ofertando en el mercado electoral para seguir "subidos en el palo" para continuar sometiendo al pueblo a las calamidades de sus desatinos y falta de responsabilidad social y política.
Así andamos, así está Baní, un pueblo digno de mejor suerte, cargando la cruz de necesidades elementales, por falta de obras, por falta de unidad y ausencia de líderes visionarios y comprometidos con el desarrollo. Entre políticos y comunitarios ahora también abanderados políticos, sólo cabe el dicho: "Que Dios nos alcance confesados". /NOTISURBANI/.
POR CARLA ORTIZ