Alimentó su patriotismo comiendo cucarachas: un testimonio del 1J4
(Hugo Quezada, sobreviviente del Movimiento Revolucionario 1J4).
Notablemente conmocionado, Hugo Quezada recuerda su estadía en la "La 40" y "La Victoria", en enero de 1960, por ser uno de aquellos jóvenes que se llenaron de valor para derrocar a la dictadura trujillista.
"Fue terrible. Las torturas fueron permanentes. Presencié la muerte de los panfleteros de Santiago", dijo el sobreviviente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, que este domingo cumple 56 años de ser fundado, en "Los Sabios en la Z".
Hugo Quezada relató cómo la represión del régimen hizo firmar a los los jovenzuelos de Santiago, que tenían a penas entre 15 y 20 años, un documento donde prometían soltarlos, cuando en verdad los conducía al ocaso de sus vidas.
"Los pusieron en fila y ahí los fueron, no sé, a lo mejor desmembrándolos a todos", rememora con pesar.
Lamenta que fueran niños a los que el régimen de Rafael Leónidas Trujillo asesinara aquella noche noche.
"Uno de ellos, cuyo nombre no recuerdo, pero sé que era de Moca, con inocencia me preguntó: ¿qué quieres que le diga a tu gente de Tenares?".
"No sabía que lo iban a matar, ni yo tampoco, hasta que lo dejé de ver a él y a otros compañeros más".
Hugo Quezada contó a la Z101 que cada noche sudecían ejecuciones, que para él se trataron de sacrificios.
"La idea era matarnos a todos", aseguró.
De acuerdo con el revolucionario, la meta no se le dio a la tiranía gracias el papel que jugó la Carta Pastoral publicada por la iglesia católica en 1930, donde los obispos hacían una severa crítica al régimen y denunciaban las detenciones masivas y la ola de represión contra la juventud dominicana.
"Duré un par de semanas en 'La 40'. Luego nos llevaron a La Victoria", prosiguió el revolucionario.
"Ahí duré ocho meses y aproveché para aprender francés, con un amigo que murió hace unos días", añadió.
Contó el drama de la vida en la cárcel, donde dijo que subsistían comiendo gusanos y cucarachas, porque no aparecía comida.
"Fue terrible, pero ayudó a fortalecernos", expresa con orgullo.
"La idea del régimen de acabar con nosotros produjo un efecto contrario. Salimos más fortalecidos, amando a nuestro país y más animados para seguir luchando por la patria", concluyó. /Z 101/.
Notablemente conmocionado, Hugo Quezada recuerda su estadía en la "La 40" y "La Victoria", en enero de 1960, por ser uno de aquellos jóvenes que se llenaron de valor para derrocar a la dictadura trujillista.
"Fue terrible. Las torturas fueron permanentes. Presencié la muerte de los panfleteros de Santiago", dijo el sobreviviente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, que este domingo cumple 56 años de ser fundado, en "Los Sabios en la Z".
Hugo Quezada relató cómo la represión del régimen hizo firmar a los los jovenzuelos de Santiago, que tenían a penas entre 15 y 20 años, un documento donde prometían soltarlos, cuando en verdad los conducía al ocaso de sus vidas.
"Los pusieron en fila y ahí los fueron, no sé, a lo mejor desmembrándolos a todos", rememora con pesar.
Lamenta que fueran niños a los que el régimen de Rafael Leónidas Trujillo asesinara aquella noche noche.
"Uno de ellos, cuyo nombre no recuerdo, pero sé que era de Moca, con inocencia me preguntó: ¿qué quieres que le diga a tu gente de Tenares?".
"No sabía que lo iban a matar, ni yo tampoco, hasta que lo dejé de ver a él y a otros compañeros más".
Hugo Quezada contó a la Z101 que cada noche sudecían ejecuciones, que para él se trataron de sacrificios.
"La idea era matarnos a todos", aseguró.
De acuerdo con el revolucionario, la meta no se le dio a la tiranía gracias el papel que jugó la Carta Pastoral publicada por la iglesia católica en 1930, donde los obispos hacían una severa crítica al régimen y denunciaban las detenciones masivas y la ola de represión contra la juventud dominicana.
"Duré un par de semanas en 'La 40'. Luego nos llevaron a La Victoria", prosiguió el revolucionario.
"Ahí duré ocho meses y aproveché para aprender francés, con un amigo que murió hace unos días", añadió.
Contó el drama de la vida en la cárcel, donde dijo que subsistían comiendo gusanos y cucarachas, porque no aparecía comida.
"Fue terrible, pero ayudó a fortalecernos", expresa con orgullo.
"La idea del régimen de acabar con nosotros produjo un efecto contrario. Salimos más fortalecidos, amando a nuestro país y más animados para seguir luchando por la patria", concluyó. /Z 101/.
Por Alaiska Cuevas