OPINIÓN: Prensa, encuestas y partidos políticos
Pretendía escribir este artículo dentro de la terminología del idioma cuatriboliao pero prefiero dejarlo a medias, es decir, semicuatriboliao, para darle sentido a algunas cosas, como siempre lo tiene el idioma cuatriboliao al decirlas, contrario aquellas maneras de decir cosas sin sentido, llenas de hipocresía o cinismo. Ahora pasamos al tema de hoy.
Adriano Miguel Tejada, Director de Diario Libre, dijo que la reelección es un fenómeno que tiene más que ver con el "carácter patrimonial del Estado y la relativa dependencia y debilidad de la comunidad de votantes, que con el aspecto de lógica o filosofía política". Yo diría que es un fenómeno que tiene que ver más bien con el "caracter patrialcar" de los tres poderes del Estado Político y/o Supra Estado Colonial que tenemos desde 1962 hasta la fecha.
Viendo las cosas de esta manera las firmas encuestadoras le hacen el juego a la reelección presidencial consecutiva, la que está prohibida de acuerdo con la Constitución de 2010, y de igual manera a sectores interesados inherentes a ella. La encuesta es un instrumento de carácter aleatorio y difuso que salva todos los obstáculos habidos y por haber para pronosticar un real o supuesto triunfo electoral de un candidato o partido político.
En sentido general ese tipo de encuestas siempre cogen de pendejo al pueblo dominicano, más aun en esta época de "España Boba electoral", por lo que me permito sugerir algunas encuestas como un aporte del idioma cuatriboliao, aunque sea para contribuir con el acerbo cultural del pueblo dominicano pues a diferencia de algunos no me creo dueño de la verdad absoluta sabiendo que distintos caminos llevan a Roma
Ejemplos de encuestas: (a) Cómo lograr que el dominicano visite más la playa, no solo en Semana Santa; (b) Cómo tirarse de un segundo trampolín de piscina después de los 40 años sin que le hagan coro; (c) Cómo financiar el sufragio de más de cinco millones de votantes con fondos de la Ley Electoral 275-97, donde solo 26 partidos reconocidos por la Junta Central Electoral (JCE) son los únicos beneficiarios de esos fondos que suman RD$9,065 millones en 17 anos (1997-2014). (d) Otras.
Partiendo de la brecha anterior los siguientes tipos de encuestas pueden ser financiadas partiendo de una nueva reforma de la Ley Electoral 275-97. Estas son: 1) Encuestas públicas. Es la manera de seguir cogiendo de pendejo al pueblo dominicano, como aquellas que se hacen actualmente. Luego explicaremos. 2) Encuestas políticas. Entrevistas a los partidos políticos para que opinen sobre los principales problemas que enfrentan los dominicanos. Y 3) Encuestas privadas (empresarios y/o sector productivo), para que expresen sus opiniones al igual que 2).
De esta forma nos damos cuenta que la encuesta 1) es un disparate, donde los principales actores son las firmas encuestadoras y los partidos políticos. Estos últimos se roban el show al comentar las encuestas dejando al pueblo dominicano (el que dio forma a la encuesta) como "perico en la estaca", o "sin pito y sin flauta". Mientras, las encuestas 2) y 3) crean una sinergia sobre temas que conciernen a la convivencia y destino de la nación, no al destino o supervivencia de los partidos políticos y/o Empresarios de la política, que por cierto tienen su destino amarrado con fondos públicos y otros de dudosa fuente.
Lo anterior abre el camino a una "transparente contabilidad electoral". Por qué. Porque define la cantidad de dinero que se le entregaría a los votantes para que ejerzan el sufragio cada cuatro años, a las firmas encuestadoras para que realicen su trabajo cada año, y a los partidos para promover la política como una actividad sustentada en ideas las 24 horas del día. Llegado este punto se reforma la Ley Electoral No. 275-97 para distribuir los fondos de la ley entre esos tres actores. Es una manera de justificar el uso del dinero del pueblo en asuntos de público interés pues no se sabe cómo es que los partidos lo gastan.
Esta nueva ley electoral podría abrir un capítulo para definir partidas provenientes del sector privado para, conjuntamente con el Estado, financiar los votantes, a las firmas encuestadoras y los propios partidos políticos. En medio de todo esto hay una encuesta que nunca debe faltar: el monitoreo del proceso electoral antes, durante y después de las elecciones, tomando en cuenta la histórica falta de transparencia electoral que tipifica esos procesos. Sin esta encuesta todo lo dicho hasta ahora se viene abajo, y que me perdonen los organismos internacionales, el Tribunal Superior Electoral (TSE), la Cámara de Cuentas, la Comisión de veedores de la JCE y la propia JCE.
La participación de diversos actores en las encuestas abre el camino a la inclusión de la democracia electoral en la República Dominicana, para usar un término de moda (inclusión). Es una manera de contribuir con la formalización política de un disperso Estado Político y/o Supra Estado Colonial que tenemos desde 1962 hasta la fecha. En el caso que nos ocupa los actores principales serían el pueblo dominicano, las firmas encuestadoras, los partidos políticos y los empresarios, sin que nunca falte la encuesta a la JCE.
Todo esto significa ponerle coto al "compadreo" entre las firmas encuestadoras, medios de prensa escritos y los partidos políticos para que no sigan cogiendo de pendejo al pueblo dominicano. Esto se soluciona "careando" los resultados de las encuestas #1, #2 y #3 antes señaladas, donde la objetividad e imparcialidad deben ser el objetivo. Esto no seria posible sin puntos de referencia (careos de las encuestas) visto el hermetismo y oscurantismo de los puntos de referencia de las propias encuestas. Este es un aspecto que hay que erradicar para evitar pescar en río revuelto como hasta ahora ha venido sucediendo. Carear las encuestas significa hacerlas publicas en los medios escritos y digitales, sin comentarios parcializados de las firmas encuestadoras.
Finalmente, de acuerdo al Código Electoral que propuso recientemente el PRSC, para permitir que haya reglas claras de juego en materia de encuestas, "que se cumplan luego, para que el resultado sea un sistema electoral más diáfano y un verdadero sistema democrático de derecho", solo me resta decir que al sistema democrático de derecho se le esta buscando la placa desde 1962. Por lo menos tratamos de ayudar encontrarla dentro o fuera del idioma cuatriboliao, con o sin reeleccion consecutiva o por periodo interpuesto, con planteamientos que evitan el "conversatorio de loros" que caracteriza nuestra historia, economia y politica.
Luis Eduardo Díaz Franjul
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